GRAN PODER SEVILLANO
El peso
abrumador de ése Madero
estremece tu
Pecho ensangrentado,
qué amarga
visión la que yo siento
al verte
pasar sólo un momento,
y mantener
mis ojos tan cerrados,
pensando no
querer saber
nada de Ti y
tu sufrimiento.
Morderé de
nuevo tu costado
al verte
cruzando hoy por Sevilla;
Y ese
silencio que ahora te acuchilla
gritará en
la voz de mis pecados...
¡Señor! ¿qué
hacer? Si quiero amarte,
y ayudarte
si es posible en tu caída,
y no
permitas que mi mente escondida
se niegue
tantas veces a escucharte.
Recorre Tú,
mi ser, de parte a parte,
y encuentra
en mi vida ese sendero,
camino de
Amor en el que quiero
conseguir
cada día saludarte,
y decirte
tiernamente que te quiero.
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Preciosa y sentida poesía en la que te quejas de no sentir, fisicamente, ese Amor por ÉL. A mi me pasa igual, soy capaz de amara mi prójimo , empezando por mi familia, mis allegados y por todo el que sufra, sin embargo ese amor no soy capaz de sentirlo por ÉL. Sin embargo creo que Su Misericordia es eterna y a lo mejor un dia, antes de "cascarla" El me transmitirá ese Amor sin medida porEL. UN ABRAZO
ResponderEliminarEs una poesía muy profunda, bella en su magnitud, directa, muerde en el corazón...
ResponderEliminarSantiago es de lo mejor que te he leido ¡Ya es decir!
Recibes mi cariosa enhorabuena.
Abracetes.
Antonia, no te quepa la menor duda que el Padre utiliza muchos vehículos para transmitirte todo el Amor que siente por ti espiritualmente. Lástima que la iglesia y sus intereses nos tenga un tanto confundidos. Un abrazo como la copa de un pino.
ResponderEliminarM. Carmen. Aunque no me quejo, a veces me pesa haberme recreado en las corrientes de muchos antiguos poetas. Quieras que no, las influencias mandan mucho...
ResponderEliminarVenga, un abracillo de finde.