Contigo camina el pueblo
Santa Ángela de la Cruz,
que aunque ya no estés
aquí
sigues viviendo en
nosotros;
en Sevilla, entre tu
gente,
esa que siempre estará
ávida de tu sentimiento,
cuando llenando momentos
de Amor y necesidad,
en tan sólo un pensamiento
sólo se te oye exclamar:
“Cuidad bien de mis
enfermos
porque yo no puedo más…”
Dejaste el Blanco Jazmín,
y Blanco quedó el Azahar
el día que decidiste
cansada de tanto
amar,
volar entre serafines
al compás de ese cantar
que sólo se le oyó a Dios
cuando te salió a esperar.
Pero tú, Madre Angelita,
no nos dejes de mirar
que hasta en tus ojos
cerrados
estoy aprendiendo a amar.
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Nuestra Santa fue un ser tan magnifico como ejemplar, en toda Sevilla dejó profunda huella y un legado excelente que llegó a nuestros días y que queda para las generaciones venideras.
ResponderEliminarMe encanta esta tierna poesía, plena de sentimientos.
Abracetes.
Cuánto daríamos muchos sevillanos y no sevillanos por que la historia reciente nos trajera a otra Madre como esta, aunque tenemos la tranquilidad de que ha dejado a muchas otras seguidoras de su labor. Abracillos.
EliminarLa bondad y el amor debian ser las cualidades de toda personas. Solo algunos y algunas se gradúan en dichos valores, por esos los veneramos. Sor Ángela es una de ellas.
ResponderEliminarPrecioso poema. Abrazos.
Ojalá y allá por aquellas altas e inalcanzables esferas de Luz se oyeran tus palabras. De todas formas nos cabe la tranquilidad de que todo queda grabado en el Astral. Mi abrazo para ti también
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