FLAMENCO
Al
final ha resultado ser que, la historia se escribe gracias a engarzar
los muchos acontecimientos vividos a lo largo de la misma, cuando
ellos fueron encerrados más tarde en los escritos y relatos de:
evangelistas, juglares, romanceros, viajeros, cronistas,
historiadores, articulistas... Por ello, después de mucho cavilar, y
haciéndole justicia a todos ellos, y a aquello que con anterioridad
fueron elucubrando a lo largo de los siglos, me permito ofrecer,
porque no, con este breve apunte, una nueva visión del nacimiento
del cante Gitano y Flamenco.
García
Matos, Ángles, Rossi, Preciados, García Lorca, Machado, Mena...
Todos ellos, con su hipótesis, me dejan una puerta abierta para
poder pensar en que ese cante naciera en Triana, que ella fue la
cama, que no la cuna (la cuna es donde se cuida, la cama es donde se
hace) de una forma de ser, de una manera de expresar los sentimientos
a través del cantar.
¿Por
qué, tanto el lenguaje como las características del andaluz y la
forma de expresión, se ajustan tan bien al Flamenco y Gitano en
líneas generales?
En
Triana, con el regreso de las primeras expediciones que descubrieran
el “Nuevo Mundo”, comenzó a establecerse un muy diferente nivel
de vida. La marinería, con el bolsillo ocupado ahora por aquellos
bien ganados maravedíes a fuerza de fatigas y sudores de miedo,
comienza a moverse por los tugurios del Arrabal con el fin de aliviar
el gaznate y desentumedecer el anquilosamiento de tantos meses. A las
mesas que ocupan, se acercan los pedigüeños y oportunistas de
siempre, pero, a partir de entonces nace una nueva forma de pedir, la
de dar a cambio un “algo”, en este caso será un cantar recitado
o un recital cantado. No hay acompañamiento musical por lo que
quiero entender que, debían de realizar un canto nostálgico de
estilo salmódico con cadencias bastante monótonas; de ahí que al
principio no existieran adornos ni jipíos.
Tratándose
de Triana, aquel primer cante debió ser conocido en la actualidad
como “Toná”, ya que sus tres variantes se identifican plenamente
con el sentir y vivir del Arrabal en una época de menesterosos y
bandidos. La “Fragüera”, un cante sin acompañamiento y que
debió realizar el gitano que con la fragüilla al hombro, restañaba
cacillos y cacerolas de puerta en puerta. El “Martinete”, la más
popular y hermosa de las “Tonás”. Original de las fraguas y cuyo
único acompañamiento era el sonido del martillo al golpear sobre el
yunque y en un compás medido entre golpe y golpe a la pieza con la
que se estaría trabajando. Debió ser el prototipo del Cante Gitano,
en cuya expresión se vierten las sensaciones íntimas de un pueblo
siempre perseguido, y las emociones más simples y elementales de
hombres primitivos que vivieron durante siglos al margen de la otra
sociedad. Hasta que en Triana no se oye interpretar a un Gitano una
“Toná”, no nace el cante.
Flamenco.
La “Carcelera”, como su propio nombre indica, debió ser el canto
amargo del presidiario con el fin de mitigar trabajos forzados y
penalidades.
Con
el transcurrir del tiempo, el gitano del cante en los tugurios,
evoluciona profesional y socialmente, se esmera, aprende el trasteo
básico para el acompañamiento con la guitarra, se asea y compone
una mejor imagen, fina y estirada figura que le hará destacar del
resto. Así y con el regreso de algunos de aquellos expedicionarios
que fueran a las tierras flamencas de Flandes a principios del siglo
XVII, y en voz de algún asiduo a aquellas noches de cante en
cualquier “taberna” del Arrabal, se oiría, posiblemente, el
siguiente comentario, refiriéndose a un gitano Cantaor, y recordando
a aquellos elegantes soldados delos Tercios de Flandes: ¡Mirad que
“Flamenco” viene éste...
Flamenco (Richard Ford) |
Verdaderamente echuras de flamenco tiene, aunque no creo que por ninguna de las cavas hubiera gente tan lujosa. Limón.
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