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MÁS SOBRE LA HISTORIA DE SEVILLA

 

 

 HISTORIA DE SEVILLA

(Apuntes)

 

Entre tantos apuntes como se vienen publicando, a través de las diferentes investigaciones gracias a Internet, algún día podremos tener lo que habrá de ser la auténtica Historia de la ciudad de Sevilla desde sus aquellos primeros días.

 I

 Siglo XII a.C. a Siglo V a.C. Área aproximada de extensión e influencia de la civilización tartesia.

Ispal (era en la lengua semítica de los fenicios), la primera Sevilla, estuvo emplazada a orillas del “Lacus Ligustinus”, un antiguo estuario formado por inmensas marismas que eran atravesadas por numerosos brazos del río Guadalquivir. Se asentó entre un brazo secundario del río y el arroyo Tagarete, que corría al Este y desembocaba en el Guadalquivir por el Sur. Pudo estar construida (en gran parte por palos y estacas –construcción lacustre-), sobre el borde Occidental de un Promontorio, a salvo de las crecidas, entre las cotas 14 y 17, con el punto más alto en torno a la calle  Aire. Ocupaba unas 9 Has., desde el lugar de Los Reales Alcázares hasta la Plaza del Salvador, y de la Catedral a la Alfalfa. Uno de los brazos del Guadalquivir la ceñía por el Oeste, pasando por las actuales Alameda de Hércules, calle Trajano y calle Tetuán, cruzaba la Plaza Nueva y volvía a unirse con el río por la Puerta del Arenal.

Nació como una ciudad portuaria, como puente entre el Valle del Guadalquivir y el Oriente Mediterráneo, justo en el punto más avanzado al que las naves de carga podían llegar ayudadas por la marea. Fue, por tanto, una ciudad vinculada desde sus orígenes al río y al comercio terrestre y fluvial.

Así, ya en el siglo VIII a.C. Cartago dominaba la península; en los conflictos con Roma, la ciudad fue destruida e incendiada en el 216 a.C.                                 

Gracias a la victoria de Roma en el 206 a.C., se inicia la construcción de Itálica y la reconstrucción de Sevilla a la que se denomina Híspalis. Con ellas el proceso de romanización de la Bética fue imparable. El puerto de Híspalis canalizaba el potencial de toda la región. Con estas actividades, Híspalis pasó de una escasa población romana a una mayoría que impuso su lengua y costumbres, llegando a participar activamente en las guerras civiles de Roma.

 II

 Julio Cesar transformó a Híspalis en una “oppidum” (lugar elevado, Plaza fuerte), ensanchó su perímetro y mandó levantar unas nuevas murallas. En el 45 a.C., alcanzó el título de Colonia y concedió a sus pobladores la ciudadanía romana de pleno derecho. Con ello “Iulia Rómula Híspalis” será en realidad una nueva fundación.

                     

A lo largo de los años Híspalis reafirmará frente a Itálica su posición de encrucijada de vías marítimas y terrestres. En la ciudad disfrutó de Astilleros, almacenes para el aceite y el grano; en los alfares se fabricaban ánforas y ladrillos; importaba productos mediterráneos y a su vez exportaba minerales y cereales. El Imperio Híspalis se convertiría en capital de la provincia de la bética y cabecera de una Diócesis (Sede) que agrupaba a las seis provincias de Hispania y del Norte de África. Su población llegó a alcanzar los 10.000 habitantes..

                         

El perímetro de la ciudad se extendía por las actuales calles de Mateos Gagos, Puerta de la Carne, Puerta del Osario, Santa Catalina, Encarnación, calle Cuna, Plaza del Salvador y Catedral, en una superficie aproximada de 35 Has. El “Cardo Máximo” (calle principal) podría haber estado situado en las calles Abades, bajo la que se han encontrado antiguas cloacas; el “Decumano máximo” (calle con orientación Norte-Sur) seguía el eje de la actual calle Águilas.

                     

    Ambos se cruzaban en un Foro (plaza) -en la Plaza de la Alfalfa- entorno al que se situaban los edificios públicos más importantes; la Basílica se hallaba en el lugar de la Iglesia del Salvador; las termas se encontraban junto al actual Palacio Arzobispal; en la parte más alta de la ciudad -en la calle Mármoles- se situaba el templo dedicado a Marte, donde quedan a la vista tres de sus seis columnas, y en la zona de la Catedral, al pie del brazo del río, estuvo el Foro Portuario. Otros grandes edificios, como el teatro, el anfiteatro o el circo debieron estar fuera de las murallas, entre la Puerta y la carretera de Carmona; y un largo Acueducto -lo Caños de Carmona- que abastecía de agua a la ciudad; posteriormente fue reconstruido por los Almohades en 1172 y que abasteció de agua a la ciudad hasta 1912 aunque su primer destino fue abastecer los aljibes del Palacio de la Buhaira a través de una acequia; la traída comenzaba en Alcalá de Guadaira donde era subterráneo. La conducción tenía alrededor de 17 kilómetros. En el año 1653 se descubrieron y contabilizaron más de 100 pozos con tapaderas (Lumbreras) unas de piedra y otras de madera.

                         


 

 III

 

Ya en el siglo XII, aprovechando cimientos y pilares de la época romana, se construyó más de un kilometro de arcos desde el lugar del la antigua Cruz del Campo, y que al parecer, en esto no se ponen de acuerdo los historiadores en que ésta fuera cubierta con un Templete hacia 1380, 1482 o 1521.


 

A través de aquellos arcos que daban apoyo al acueducto, éste continuaba la traída del agua hasta la puerta de Carmona donde se habría construido el primero de los muchos pilares y fuentes que tuvo la ciudad en el año 1398.

 


 

Posteriormente, se construyeron los siguientes lugares de abastecimiento público dependientes del cabildo municipal: la fuente de la plaza de San Francisco (1411), la pila de la Alfalfa (siglo XVI), la pila junto a la Iglesia de la Magdalena (siglo XVI), el pilar frente al Convento de San Benito (1672), la fuente de la Laguna en la Encarnación (1720), el pilar del barrio de la Calzada (1760), dos pilares en el barrio de San Bernardo (siglo XVIII). También estaban: el pilar de la Cuadra, que fue convertido en una fuente tras la construcción de la Real Audiencia, la pila del Hierro, que estaba entre la calle Alemanes y la avenida de la Constitución, y que fue eliminada a finales del siglo XVI.

       


 El pilar junto a la Iglesia de San Juan de la Palma (1518), el pilar de la calle San Esteban (1518), y la fuente de la plaza del Duque de Medinaceli (1758) en la actualidad Plaza de Pilatos, mediante Impluvias (Cavidad, generalmente rectangular, en el centro del atrio de las casas  romanas para recibir el agua de lluvia desde los techos circundantes). También norias y aljibes circulares. Es posible que este acueducto abasteciera a los 17 baños públicos, existentes en la ciudad, y que una de estas impluvias se encontrara en el patio del Palacio  que fuera construido por Pedro Enriquez de Quiñones y su segunda esposa Catalina de Ribera en el año 1483.

 

           


 

Hoy el palacio se denomina de Pilatos (aunque su verdadero nombre es Palacio de San Andrés), porque Fadrique de Castilla, hijo de los anteriores, al regreso de su viaje a Jerusalén en el año 1519 cayó en la cuenta de que la distancia existente entre la Casa del Prefecto Poncio Pilatos y el lugar del Gólgota (Calvario) había la misma distancia que la de su Palacio y el Humilladero  (sencillo lugar de devoción situado a las salida o entrada de los pueblos y las ciudades, consistente en unas gradas -bien de forma circular o poligonal-, en las cuales se colocaba alguna columna rematada por una cruz con el fin de fomentar la piedad de los caminantes, peregrinos y viajeros), de la Cruz del Campo, hoy se encuentra arropado por la Barriada de Santa Teresa.

                                            


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2 comentarios:

  1. Buenas tardes. Es verdad lo que dice usted, al final tendremos tantos datos desperdigados que unidos todos haremos la historia de nuestra ciudad. Saludos desde la barriada de san Jerónimo. Sevilla.

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