PASIÓN
estremece tu pecho ya cansado;
que amarga visión la que yo siento,
verte pasar sólo un momento
y mantener mis ojos tan cerrados...
cuando de nuevo cruces por Sevilla,
y ese silencio que ahora te acuchilla
gritará, sediento, en la voz de mis pecados...
¡Señor! ¿Qué puedo hacer? Que quiero amarte,
y ayudarte, si es posible, en tu Caída,
y no permitas que mi voluntad, escondida,
se niegue tantas veces a escucharte...
Recorre Tú, mi ser, de parte a aparte,
y muéstrale a mi vida ese sendero,
limpio camino de Amor en el que quiero
conseguir cada día saludarte,
y decirte tiernamente que te quiero.
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