(Cádiz
2014)
Para mi amigo Luis,
Comparsista de lujo.
Un año más, gaditano,
se fueron tus carnavales,
ubérrimos, universales,
como se fue aquel aroma
que llegó de tu caleta
sobre las alas nerviosas
de una última cuarteta.
Y se acabaron los sones
sublimes del punteado,
de los golpes de la caja
del tañir de los platillos,
cómplices de un estribillo
que por mucho repetir,
quisiera ser repetido
hasta que dejando oír
aquel último silbido
que brotara en tu sentir,
y así más tarde morir
bajo un mar de papelillos.
Ahora, un año más,
gaditanos,
se fueron los carnavales...
La alegría de las niñas,
la de los nuevos chavales
que llegados de la Viña,
del Pópulo, de San Juan,
del Balón o de Puntales,
arrasando cual cabales
viejos troveros porteños,
y hacer realidad su sueño
sobre las tablas de un
Falla,
donde el carnaval estuvo
con aires tan entregados
que salieron encantados
hasta los más pesimistas,
y es que al son de los
cajistas,
de bombos y de guitarras
cantaron cual mil cigarras
que con voces de tenores,
en segunda o en tercera,
nacieron las primaveras
en una tacita plena
donde la vida se llena
de esa perfecta octavilla
que junto al pito de caña,
hace llorar a esa España
que se acerca hasta esa
orilla.
Chirigoteros, coristas,
cuarteteros, comparsistas,
compositores, letristas,
postulantes y trovistas:
cantadle al mundo que sois
para el mundo, esos
artistas
que cuando llega Febrero,
ya no hay quien se resista
a mendigar esa copliya
con que matar el
gusanillo,
mientras llega aquella
hora
en que toda la ilusión
puesta en las semifinales
con ese gran corazón,
principio, fin y razón
de los más grandes
cabales,
y que en Andalucía son
dueños de los carnavales.
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