TRIANA DOLOR Y JÚBILO
Es difícil escribir acerca
de Triana, y mucho más sobre su sentir y su manera de interpretar la vida,
ahora desbordada por una ingente cantidad de Turismo que atraviesa el Puente
para conocer los entresijos del Universal Barrio.
No
obstante, todos nos sentimos casi con la obligación y el derecho (¿por qué
no?), alguna vez, de dar rienda suelta a nuestros sentimientos, a nuestros
pensamientos e interpretar de una forma personal, algo de esta Triana nuestra
que es parte intrínseca de la Sevilla de siempre.
Ahora
me ha tocado a mi caer en la tentación, y apartándome de notas “sabelotodo” y
de meditaciones históricas, se me ha ocurrido la idea, no sé si feliz o desafortunada,
de hablar de Triana en Primavera, y de ese sentimiento tan especial, tan
irrepetible e inconmensurable que nos invade cada año cuando se acerca el
Miércoles de Ceniza, que hace que reviente el Domingo del Pregón, y que acaba
con el no deseado –porque se acaba todo para el Cofrade-, de la Resurrección.
Lectores
y seguidores de este humilde blog, por favor, ruego disculpéis mi atrevimiento,
al pretender aquí, contar cosas que ya todos sabemos, y bastantes de vosotros,
muchísimo mejor que yo.
Se
ha repetido hasta la saciedad, que Triana es un Barrio dual en su Espíritu por la
cantidad de barrios que encierra en su corazón Arrabalero, y no solamente en su
Espíritu, sino también en sus representaciones físicas, en sus –porque no
decirlo claramente, escasos- monumentos, y en sus manifestaciones, todas
apoyadas por ese deseo del Trianero de conseguir que sea grande entre los
grandes.
No
sé yo si hay un representación simbólica más clara de este Barrio, que la
Universal figura Arquitectónica de nuestro Puente de Triana, un Puente tan de
ida como de vuelta, de salida hacia la ciudad propiamente dicha o de su entrada
hacia ese Centro Neurálgico como es la cruz formada por San Jacinto y Pagés del
Corro.
Esa
confluencia de cuatro caras, cual imagen mitológica que encierra un caudal de
gozos en su peregrinar hacia unos sentimientos hartamente encontrados en miles
de momentos de extraordinaria belleza. Esa imagen de la mitología ambivalente
para el Sevillano del otro lado del río, pero natural para el trianero y que
puede, sin duda, compendiar de una manera bastante aproximada lo que significa
Triana, en el mejor de los sentidos.
Alejémonos
de interpretar, por favor, que la dualidad pudiera significar falsedad o
engaño. La dualidad por partida doble, y en lo que se refiere a este Núcleo
Urbano, significa, según mi humilde forma de saber y entender a mí gente, claro
está, la baso en el enriquecimiento de una Religiosidad Popular, apertura,
tolerancia, hospitalidad, y otras muchas cualidades humanas, que hoy por hoy,
parecen cotizarse a la baja.
Sin
necesidad de remontarnos a las muchas Culturas pasadas y asentadas en esta
tierra, podemos, fácilmente, comprobar cómo Triana nos proporciona ese
ambiente, natural en ella, y que no
necesita, ni de demostraciones, ni
análisis eruditos aún a pesar de los muchos datos aportados por, a veces, intelectuales
teóricos u ocasionales.
Todo
es cuestión de dejarse llevar, de observar y comprender lo que estamos
viviendo, lo que sentimos, que es solamente una cosa, aunque ambivalente,
única: el Dolor y el Júbilo.
En
estos días vísperas de nuestra Semana Santa, los sentimientos se mezclan y a
veces parece que hasta se funden y se confunden. En ocasiones me he detenido de
forma imparcial a pensar en emblemas para estos acontecimientos, dentro de nuestro
vivir cotidiano.
Independientemente
de cada uno de los Cultos que se celebran, y fuera del indescriptible,
entrañable y todos los sanos y acertados adjetivos que se le pudieran añadir,
serían pocos: el hacer la Estación Penitencial de las Cofradías. A parte de eso
que es el pensamiento fundamental y que nos invade en estos días, y sin
intentar entrar en parciales y habituales debates de rivalidad sana, yo me
pregunto: ¿Cuáles serían o mejor dicho son los dos lugares de Sevilla que
pueden simbolizar la Semana Santa que transcurre entre el Domingo de Ramos y el
de la Resurrección?
Por
lógica, habríamos de decir que esos lugares simbólicos para Triana, y sin lugar
a dudas: sus dos Plazas; aunque dos, son sólo una cara de la misma moneda. Las
dos Plazas de Sevilla: La Plaza de La Campana y la Plaza del Altozano, aunque
para más de uno seguro que una de ellas sería la de la Real Maestranza. No
obstante, justo es reconocer que cada una adquiere su particular protagonismo
cuando lo requiere y lo siente una parte de la ciudad, que, al fin y al cabo no
dejamos de ser nosotros.
Con
las Semana Santa no ocurre pues, como con la Feria. En este sentido no hay
problema cuando quedas con alguien para una cita, ya sabemos de qué hablamos y
donde quedamos.
La
Campana o el Altozano, esos días, son el corazón de Sevilla, son los lugares
simbólicos por excelencia.
Desde
que en el último cuarto del siglo XIX se estableciera la Carrera Oficial, para
que las cofradías realizaran su Estación de Penitencia a la Catedral Hispalense,
esta Plaza ha sido junto con la de San Francisco, la de la Semana Santa. Sin
embargo, hay que recordar que, aunque desconociendo la fecha de una Carrera
Oficial en Triana para hacer, anteriormente, a esta fecha Estación de
Penitencia a la Catedral de Triana por parte de las Hermandades y Cofradías
Trianeras, se tienen noticias de que muy bien pudieran estar datadas alrededor
del siglo XVI.
Triana
pues, y en estas fechas se encuentra ante el primer golpe de Martillo que se
dejará escuchar, que no oír, en el interior de la Capilla de la calle San
Jacinto, cuando unas horas nerviosas lo habrán hecho con anterioridad sobre la
madera de una primera parihuela Sevillana como es la del Señor de la Victoria
de la Hermandad de la Paz.
Así
pues, os dejo con el deseo de una feliz Semana Santa que, no comenzará hasta el
Domingo de Ramos, pero que ya tendremos nuestro particular abrir de bocas, que
se dice, cuando el Viernes de Dolores la Hermandad ponga en la calle Al Cristo
de Pasión y Muerte, ubicada en la Parroquia del Buen Aire, un Misterio que
nunca desee para Triana porque para mí, particularmente, nuestra Semana Santa
es una Semana en la que no hay Cristos
muertos ni Ruán del más puro Luto. Triana en mi corazón popular siempre pedirá una
Semana llena de Dolor pero también de Júbilo.
Feliz Semana Santa, amigo, un abrazo.
ResponderEliminarGracias igualmente. Abrazos.
EliminarMe encanta esta entrada. Te deseo que pases una estupenda Semana Santa, que la disfrutes a tope...
ResponderEliminarUn abracete.
Gracias por esos buenos deseos. Igualmente. Abrazos.
ResponderEliminarPreciosa e interesante manera de hablar acerca de la mescolanza Sevillana en fiestas. Felicidades. Manolo. la Barzola.
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