INVIRTIENDO HUIDAS
Como
saliendo de la nada,
bajo el
sangriento tirabuzón
apenas se le
apreciaba
aquel febril
gozo, la ilusión
de quien
atrás dejaba
el dolor, la
desolación;
Un ruin
vórtice de espinas
que aquellas
carnes abrían
cual mil
ventanas cetrinas,
y en las que
ya se fundían
el odio, y
toda esa inquina
que unas
razas perseguían;
Noches de
oportunidad
impresas en
el duro suelo
buscaban la
libertad
al socaire
de ese consuelo
que desgaja
la maldad
haciendo de
ella un duelo;
El trecho,
puro tormento
por un ritmo
tan indignado
que va
dejando su acento
punzantemente
rasgado
por las
pautas del momento
en que
quedara enclavado;
Y al otro
lado, la confianza
de aquel
nuevo amanecer
que dé vida
a la esperanza
que no se
debe perder,
será
entonces la templanza
la que
ofrezca su saber;
Estar en el
otro lado
significa
mucho, mucho más
que el
seguir mudo, y atado
a una sin
razón que, además,
no sólo es
estar esclavizado,
sino no
poder vivir jamás;
Serán los
grandes jirones
como el
marchamo, pasaje,
hacia las
muchas naciones
que, en
sabiendo del ultraje,
sientan
suyas esta razones
dando un
final feliz al viaje.
Amigo Santiago no se puede poéticamente hacer un retrato más exacto de lo que está ocurriendo en Europa con esta pobre gente. Felicidades. Alberto.
ResponderEliminarEs cierto Alberto, y es una pena que esto no llegue a donde debería llegar, Mis saludos.
ResponderEliminarSe me rompe el alma cada vez que veo imágenes y oígo noticias sobre estos seres tan desgraciados como necesitados en lo más esencial: la vida.
ResponderEliminarGenial, me llega a los adentros.
Un abrazo