UNA DÉCIMA DE LOS MÁS DULCE
Para Antón, Repostero de lujo.
¡Ay,
corazón! cómo lates
cuando
en aquella Campana,
y
de Blanco Chocolate
contemplas
a esta Sultana
en
aquel escaparate
do
la gracia se derrama
en
un millar de quilates
haciéndose
Sevillana;
Y
encima será un dislate
si
se oyen sus campanas.
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