...Y aquél matrimonio sin pensárselo dos veces se hizo cargo del problema. Leyó en los ojos de aquella muchachita, y en su desesperada mirada, cómo la luz que irradiaba era tan triste como lo que se temía podría sucederle de no llegarle a tiempo la ayuda; que no había salida. Pero llegó, y todo cambió para ella: El infierno se hizo gloria, y la entrega desinteresada de aquel matrimonio hizo florecer una rosa donde antes no había más que maleza, más que abandono por culpa de otra humanidad absolutamente deshumanizada.
Y esto es tan fácil como entender: que sólo servimos para vivir,
si vivimos para servir
No puedo por menos que expresar mi tristeza, al no ver ni un sólo comentario en favor de éste matrimonio...
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