CINCO SIGLOS DE HISTORIA
(Nuevos apuntes)
Que
duda cabe que este Monasterio de Clausura en Sevilla y perteneciente
a la Orden de las Jerónimas es bien conocido o al menos saber de
él, aunque para muchos sevillanos, posiblemente a través de los
folletos de Información y Turismo.
Sería
doña Ana de Santillan y Guzmán, Viuda del Marqués de Novo,
Condestable de Portugal, la que tras haber ingresado en San Juan de
la Palma, pediría al Papa Sixto IV una bula fundacional y la cual le
fue concedida en 1473 con el fin de construir el Monasterio sobre los
terrenos de unas casas que poseía en la Collación de San Román y a
las que una vez acabada la Iglesia entre los años 1483 al 1489 se
le añadirían otras más cercanas situadas en la trasera de San
Marcos.
De
una importancia especial debemos considerar la portada de la Iglesia,
por ser esta una de las más interesantes conservadas en nuestra
ciudad. De ella habremos de destacar no sólo su estilo mezcla del
Gótico y el Mudéjar, sino de ese arco apuntado que proyectara el
Escultor Pedro Millán (Autor de la Virgen del Pilar de la Catedral
Hispalense), con la colaboración del Ceramista ya afincado en la
calle Pureza en Triana, Niculoso Francesco Pisano en 1504 y que sería
el autor de todos los elementos cerámicos.
El
bellísimo interior sería proyectado por el reconocido arquitecto
Diego López de Arenas en 1623. A partir de 1635 se suceden encargos
con el fin de completar las capillas de la Iglesia y es cuando esta
comienza a disfrutar de obras escultóricas de Felipe de Ribas,
Alonso Cano y hasta de Martínez Montañés.
No
se quedaría atrás la Artesanía Trianera, si bien es verdad que
pasaría mucho tiempo antes de que algún ceramista vistiera la
parte baja de sus desnudas y blanqueadas paredes, por lo que en 1910
le llega el turno, y es Manuel Rodríguez y Pérez de Tudela el que
le da vida con unos bien trabajados zócalos prácticamente difíciles
de confundir.
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