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LAS MÍNIMAS



CONVENTO DE LAS MÍNIMAS I

(Triana)


Antes de hablar de “Las Mínimas” en Triana, habría que remontarse a la villa de Fuentes de León en la provincia de Badajoz donde tienen sus orígenes.

El Convento que hoy conocemos como de “Las Mínimas” en la calle Pagés del Corro, 136 antigua de la Cava, fue el producto de la inmigración necesaria a que se vieron obligadas las monjas que en el siglo XVI habitaban el Convento que, dedicado a San Francisco de Paula, éstas poseían en la localidad de Fuentes de León en la provincia de Badajoz.

Su construcción no sería fruto de la casualidad sino de la voluntad del pueblo (500 vecinos aproximadamente), porque aunque sus patronos materiales fueran gente adinerada, ellos hicieron de aquel proyecto una apuesta personal, aportando cada cual lo que sus posibilidades le permitían: mano de obra, especies, etc. Y aunque el cercano Convento de Segura de León se opuso el proyecto salió adelante.

En 1597 se solicita licencia para un Convento para Franciscanos Descalzos, pero ésta no se hará efectiva hasta el siguiente año; comenzadas las obras, no finalizarían hasta 1603. Al final el edificio Conventual albergaría a los Franciscano Observantes, Orden hermana de la anterior y que ya estaba asentada en Segura desde 1477. La razón de su fundación obedecería al espíritu de la Contrareforma emanado del Concilio de Trento, motivo por el cual Extremadura se va poblando de conventos franciscanos.

Aquél convento sería típico ya que se ceñiría a las más absolutas y austeras exigencias de la Orden Franciscana respecto del lujo.

Inaugurado a finales de 1603, al año siguiente es bendecido por Fray Javier de Rivera, manteniendo su actividad hasta finales de 1821, fecha en que se clausurará por el Obispo Prior de las ordenes militares, siendo repartidos los hermanos por los conventos de Olivenza y Guadalcanal. Algunos frailes se enclaustran al tiempo que las propiedades son repartidas por diferentes parroquias: Arroyomolinos, Monesterio Cañaveral y Fuentes de León. Esta última recibirá la imagen del Santo titular San Diego de Alcalá.

En consecuencia no era posible entender la historia de Fuentes de León de los siglos XVII, XVIII y primeras décadas del XX sin hacer referencia al convento. Pueblo y convento eran partes indisolubles de un armonioso todo que se complementaban, pues no en vano la misión de aquellos monjes no era otra que la de hacer feliz a aquella gente necesitada.

Al final el edificio sería adjudicado en subasta a un vecino que pagaría la cantidad de 10.00 pesetas. En la actualidad es propiedad del Ayuntamiento el cual lo convertiría en Hospedería.
 





 
 

 


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