sábado

TRIANA


TRIANA UN BARRIO DE VANGUARDIA


El Barrio de Triana, nuestro Barrio, tiene una esencia y carisma tan singulares, que hacen de él el lugar especial en el que disfrutar de la mañana, la tarde o la noche. Un Barrio tan prolijo en historias, leyendas, tradiciones, popularidad a nivel internacional, y una alegría que se cuela hasta las entrañas apenas de cruza su Puente; un Puente sobre un río en el que antaño, hasta los albures saltaban como dando la bienvenida a todo aquél que se asomaba a sus barandas. Un Barrio lleno de ese embrujo que se derrama por sus muchos rincones en los que la magia se hace notar, y que es difícil que se escape a las sorprendidas miradas de sus visitantes.

Su casco antiguo, visto desde la perspectiva acrisolada de la solera y la gracia, es uno de los lugares más hermosos a la vez que subyugantes de la Sevilla misteriosa. Triana que, si bien es verdad, aun no es un Barrio que se prodigue por una gran cantidad de monumentos, museos (todo llegará), si es cierto que está cada vez más lleno de aquellos recuerdos, mediante placas públicas realizadas con el más fino Azulejo Trianero con que siempre se tienen presente a sus personajes más ilustres. No obstante, el visitante puede disfrutar al mismo tiempo de una gran variedad gastronómica en lo que al caprichoso tapeo se refiere: restaurantes, bares, alguna que obra Taberna o Abacería... Comercios de todo tipo, talleres artesanales, principalmente los dedicados a la Cerámica de siempre, y de vanguardia, con exposiciones cara al público más exigente.




La percepción extrasensorial que el cerebro recibe cuando visitando sus calles se encuentra con la visión extraordinaria de corrales de vecinos con cien años de antigüedad, seguidos de otros (los afortunadamente ya reformados) y que muestran el cuidadoso mimo tras la belleza de sus nuevos patios. Sus placitas y plazas ajardinadas, hacen que el visitante se encuentre de tal forma relajado que, a veces, no importa si se está de visita mucho o poco tiempo, ya que caminar por Triana no es un paseo que canse, aunque se tenga el empeño de conocer ese otro tipo de museos, un tanto especial, como son sus parroquias, iglesias y capillas y donde encuentra una auténtica e inconmensurable variedad de definiciones artísticas.


Qué Triana ha de ponerse en un nuevo valor, no debe cabernos la menor duda pero, eso sí: sin extravagancias, reformada pero, manteniendo una morfología urbanística que se siga identificando con la Triana de siempre. Abriéndose a un nuevo mundo, a una nueva forma de pensar. Ya está en ello, y podemos contemplar algunos avances, despacio pero acertadamente. Hemos de conseguir estar a la altura de otras ciudades, para lo cual podemos tomar como ejemplo a la Sevilla misma pero, siempre manteniendo esa gracia de sol y sal que nos deja nuestro río cuando en su delicioso vaivén camino de Sanlucar se va abriendo al mundo. Triana debe disfrutar también de más espacios abiertos, para la gente de dentro y de fuera; zonas limpias de humos, de ruidos, de malos humores, donde mayores y pequeños puedan disfrutar en familiar compañía.






















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