viernes


LA MUSA Y EL AUTOR

MUSA.- Gracias por llamarme; Gracias por acordarte de mi, y sacarme de este letargo del que hace ya bastante tiempo nadie invoca mi presencia.
¿Acaso tú sabes a que puede ser debido el haber estado tanto tiempo prisionera en las sombras del abandono?
Muchas noches, me preguntaba: ¿Dónde estarán? Y me respondía yo misma, como queriendo encontrar una razón que amortiguara este dolor que, a veces, me consume... ¡ “Es que ahora no te llaman porque están entregados a otros menesteres en los que, al parecer, tú no eres necesaria”!
También he llegado a pensar: ¿”Me estaré haciendo vieja”? Pero no, eso no debe ser pues aun me siento joven, y lo que es mejor, me siento romántica, aunque triste pero, primaveral... ¡Ah! Quizás sea eso; Es posible que se haya perdido ya el romanticismo... No, no lo creo, porque en el alma de los poetas siempre anida la Primavera, y siempre habrá alguna pluma en espera de mi aparición después de su llamada pero, ¡claro, si no me llaman...!
AUTOR.- Nada de eso, mi querida Musa; Ni estás vieja, ni pasada. Lo que ocurre es que hay tantos intereses para montar una obra, que sólo con el olor de la materia ya gira la rueda sin necesidad de ti, sin tiempo para llamarte y mucho menos para esperarte...
Desgraciadamente ya los artistas no realizan lo que sienten, sino aquello que les encargan aunque, afortunadamente, aun quedan algunos bohemios... ¡Pero no te preocupes, yo siempre te llamaré... te necesito...


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