sábado

MI CHICA CARRY


 
TODA ELLA UN TORBELLINO

 Corre y brinca por el campo,

Entre los alcornocales,

Y en alocadas carreras

Se sube por las paredes,

Bebe de los manantiales,

Se revuelca por la hierba.

Y se come las boñigas

Cual deliciosa merienda,

Al igual que los humanos

Que disimulan la mierda

Con que abonan las viandas

Utilizando otras técnicas.

 

No le tiene miedo a nada…

Ella se enfrenta a cualquiera

De los tantos animales

Asiduos de aquella sierra:

Los cochinos, cabras, vacas,

Y hasta el perro de la huerta

Parece que ve al diablo

Cuando advierte su presencia.

 

 Ya lo he dicho muchas veces:

¡Qué valerosa es mi perra!

Que loquilla y que traviesa,

Con esa altura que tiene

Que no es un palmo siquiera.

Que en su mirar no se aprecia

Ni un atisbo de fiereza

Porque sus ojos alegres,

Brillantes cual dos estrellas,

Se confunden con la noche

Por su carita tan negra;

Tan negra como ese cuerpo

Acogiendo la rareza

De un lunar blanco de nácar

Sobre pecherín de seda.

 

Bautizada como “Carry”,

En Chica el nombre se queda

Correspondiendo a la gracia

Que tan sólo ella despierta

Por la gracia de su madre,

Una Foxterrier morena,

Y por qué no, la de su padre,

Un Caniche, ¡Buena pieza!
 
 
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario