lunes

LAS CRUCES DE MAYO



 

 

 AQUEL PASITO DE MAYO

 

 Llegaste justo a tu tiempo,

entre olores de Azahar,

entre mil nubes de Incienso

que se quedaron atrás

hasta un nuevo advenimiento.

 

Tu nacer trajo ese afán,

esa ilusión cofradiera

que saliendo de un zaguán,

por el barrio recorriera

solo para enamorar.

 

Mi mente está en el recuerdo

que viviera cuando niño

en aquel Mayo de ensueños

que preparara el camino

para hacerme Nazareno

en el patio del Corral.

 

El paso ya se ha montado,

cual copia de una Hermandad

 que en tarde de Lunes Santo

camina a la Catedral.

 

Un cajón que nos prestaron

fue la Canasta Divina;

las sábanas, de algodón Blanco,

tiernamente recosidas

fueron faldones del paso,

y lo mismo que un velero

que sus amarras soltara

subimos el paso al Cielo,

navegando por las aguas

de un mañana cofradiero.

 

Una Cruz que va de Guía,

con mil adornos de gasa,

comienza a darle la vida

a la dulce Procesión

que de la casa salía.

 

Salida seria y formal

cuando las cinco sonaron,

las voces, la algarabía,

todos a un tiempo callaron;

y las hojas del portal

sobre sus goznes giraron

abriéndose a la Hermandad.

 

Detrás de la Cruz de Guía

guardada por dos faroles

marcha la chiquillería

 al compás de unos tambores

hechos de latas vacías.

 

Yo estaba de costalero,

tres más me acompañaban

y todos unidos en esfuerzo

entregábamos el alma

pa llevar el paso al cielo.

 

Llevábamos postulantes

a todo el mundo pidiendo

junto con diez “nazarenos”

que portando humildes varas,

iban viviendo esos  sueños

que al mundo entero asombrara.

 

Nos sentíamos cofrades,

penitentes de un mañana,

y todas las hermandades

con esos artes cabales

que sólo se dan en Triana,

eran eco en la canasta

que hicimos doce chavales.

 

Los años ya se pasaron;

la juventud se perdió

mas no se nos olvidaron

aquellos pasos de Amor

que florecieron en Mayo,

ya que siempre en primavera

 cuando se abren las flores,

otros niños harán carrera

con la Cruz de su amores

y otro cajón de madera.

 

 

 

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. Como me has hecho recordar aquellos tiempos en que traiamos locos a nuestros mayores. Gracias y saludos.Marcos.

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  2. Hola Marcos, ya echaba de menos a uno de aquellos costaleros de la época, una época en la que lo pasábamos bien aún a pesar de tanta penuria. Buenos recuerdos sin duda. Saludos y recuerdos.

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