SÓLO PARA ELLA
Del
Betis en la plácida ribera,
bajo
un cielo de luz y de alegría,
como
ignorada planta florecía
una
gentil muchacha trianera.
Su fresca voz a los sentidos era
regalada
y dulcísima armonía,
trinos
de ruiseñor allá en la umbría,
suave
cantar de alondra mañanera.
Llegó a mujer y convirtióse en diosa
por
el arte sublime del sonido,
fue
de los escenarios soberana.
Y en su feliz carrera victoriosa,
siempre
en el corazón llevó esculpido
el
amante recuerdo de Triana.
Bellísimo soneto amigo. Es muy dificil decir cosas en endecasilabos y tú lo logras. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, amigo, intentamos hacerlo lo mejor posible, tengo que trabajar para que no me vuelvan a decir que he de coger la vara de medir los versos. Un abrazo.
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