Desde mi barrio: UN VÍA CRUXIS HISTÓRICO

EL VÍA CRUXIS SEVILLANO

(Apuntes)

Dejamos a un lado las polémicas que se han ido sembrando a lo largo de los años con respecto del primer Via Cruxis que partiera desde la Casa de Pilatos.

El proyecto del Palacio se iniciaría en el año 1483, por deseo del matrimonio formado por don Pedro Enrique de Quiñones y la que sería su segunda esposa doña Catalina de Rivera. Diez años después, al fallecimiento de don Pedro sería su esposa la encargada de iniciar las obras de construcción del palacio para lo que hubo de hacerse con varios solares que habrían sido previamente confiscados por la maldita inquisición. A ello le ayudarían su hijo Fadrique y su nieto Per-Enriquez Afán de Rivera.

El origen del nombre del palacio, viene dado de la realización de un Via Cruxis que la ciudad de Sevilla comenzó a celebrar en 1520. El primero se realizó en el interior de la capilla que disfruta el interior del palacio. Más tarde, ya en 1529 y viendo el consistorio y la familia que aquello se había multiplicado en número de personas asistentes al acto, comenzaron a realizar el primer paso o Estación a las puertas del edificio para finalizar en el templete que aun perdura, muy remozado por cierto, en nuestros días y que desde entonces es denominado “Templete de la Cruz del Campo” y el cual sería construido por una cofradía de negros.

Pasaron muchos, muchísimos años hasta que de los archivos de los Medinaceli se recuperaron unos escritos que hablaban de la tal tradición, y esta fue recuperada ya que desde mediados del XVII fueron tantos los cambios de ida como de vuelta que hubo de ser suspendido. Años después en 1720 se recupera de nuevo aunque las estaciones pasarían a ser de 14 en lugar de las 12 anteriormente establecidas. Ya a mediados del XX se conocen unos azulejos de Cerámica de diferentes fábricas que con la representación de cada una de las estaciones se colocaron a lo largo del recorrido.

En fechas, por cierto, nunca aclaradas: 1971 o 1975, se volvió a recuperar por el Consejo de hermandades y cofradías de Sevilla haciendo caso omiso de todo cuanto había acontecido a lo largo de siglos atrás, acontecimiento este que daría para una tesis doctoral ya que todo se ha desvirtuado. Hasta nuestros días las placas de azulejos se han deteriorado tanto que son pocas las originales que quedan.