1914
- 2014
Será este año 2014 el que la ciudad de Sevilla celebre un centenario diferente a todos, y no sólo por la grandiosidad y magnificencia del motivo sino porque este va a envolver un acontecimiento que será uno de los más hermosos que podrán contemplar los siglos a través de los ojos de naturales y visitantes.
El
bombón será el Parque de María Luisa, y el acontecimiento el
cumplir un siglo desde que aquel día 18 de Abril de 1914, sin el
menor género de dudas, uno de los lugares más emblemáticos de esta
ciudad de Sevilla.
Serían
aquellos terrenos propiedad de la familia Borbón que de la voluntad
y mano de su infanta María Luisa, donara al pueblo, y que el
consistorio lo hizo siempre suyo con el desprecio que ello
conllevaba, aunque no está demás añadir que si alguien lo reclamó,
nunca, al parecer, puso mucho empeño en ello. Pero, a lo que vamos.
Sería un francés, el ingeniero Jean-Claude Nicolás Forestier,
arquitecto paisajista, el cual tras haber proyectado la jardinería
de Monjuit en Barcelona, diseñaría y ejecutaría junto con los
jardineros sevillanos, unos jardines que al día de hoy no dejan de
sorprender a propios y extraños y que, como ya se dijo
anteriormente, no sólo son grandiosidad y magnificencia sino belleza
en grado sumo.
Y
el complemento más maravilloso que los ojos de los seres humanos
podrían contemplar a lo largo de su vida en esta ciudad sería la
creación de un conjunto de hermosísimos edificios que darían vida
a la que más tarde, en 1929, sería la gran feria del mundo mundial.
La Exposición Iberoamericana que dejaría sin habla al resto del
planeta que tuvo la oportunidad y fortuna de poder asistir a tan
inolvidable, a decir de cuantos la conocieron, acontecimiento sin
parangón alguno a lo largo de la historia. En Sevilla quedó
demostrado como la verdadera Arquitectura es el espacio existente
entre dos edificaciones, y fue así como pudieron disfrutar de zonas
de recreo que no hicieron otra cosa que llenar de riqueza urbanística
y ocio aquellos conjuntos, por lo que hoy por hoy sería
prácticamente imposible separar la idea de hace cien años de la
realidad actual apenas comenzado el siglo XXI.
Espacios
tan monumentales y emblemáticos como las plazas de América o la
Plaza de España siguen dando que hablar a lo largo y ancho del orbe
internacional apenas nacionales o extranjeros se encuentran de vuelta
en sus respectivos orígenes. Pabellones, glorietas, estanques, zonas
de ocio y relax bajo el frescor de la arboleda, flora y plantas, así
como de una distribución perfecta para el tráfico rodado o peatonal
de la época y que harían del Parque de María Luisa un más
llamativo anuncio donde el tañido de unas noticias tras una visita o
la recomendación de no dejar de verlo haría que ya no dejara de ser
visitado. Y todo ello gracias a la genial valía de un Arquitecto de
tan sólo 38 años y que con 26 recibió el título con el número
uno de su promoción como fuera Don Anibal González y Álvarez
Osorio, el más grande de los referentes del regionalismo andaluz de
comienzos del siglo XX. Aunque se apoyaría en diferentes estilos,
todo ellos con los materiales propios, y su debilidad como fuera
siempre la Cerámica de Triana.
Fotografías: Internet y autor
Amigo Santiago, esto es de museo...
ResponderEliminarTanto el texto como las fotografías, rebosan: belleza, colorido y exquisito buen gusto en la selección. Enhorabuena.
Abrazete.