Mañanas
negras
Para
oscuras esperanzas…
Hambre.
Tardes negras
Para
oscuras soledades…
Hambre.
Noches negras
Para
oscuras veladas…
Hambre.
Mañanas grises
Sin
tierras que labrar…
Hambre.
Tardes grises
Sin
tierras que sembrar…
Hambre.
Noches grises
Sin
tierras que cosechar…
Hambre.
Tardes ociosas
Sin
esperanzas…
Hambre.
Noches amargas
Sin Pan…
Hambre.
Mañanas, Tardes, Noches,
Negras,
Grises…
…Abandonadas…
Hambre.
Querido Santiago. No se puede casar un hermoso poema con una imagen más triste aunque real... ¡Y que no se pueda erradicar esto en pleno siglo XXI! Porque lo que está claro es que si se quisiera, de verdad, se podría. De todas formas sé que este comentario a causa de tu blog podría mover algunas conciencias ya que me consta que, al igual que su valor, llega lejos. Un abrazo. Marcos.
ResponderEliminarLa verdad es que tienes razón, Marcos, cuando mencionas aquello tan manido ya de que si se quiere se puede, pero, al parecer, no hay mucho interés en ello, sobre todo en aquellos que lo podrían cortar de un plumazo...
ResponderEliminarMi abrazo para ti, compártelo.
No se puede ser más expresivo, y que no hay manera de que se ablanden algunas conciencias...
ResponderEliminar