jueves

CORRALES EN TRIANA




                                                                                             A mis amigos:

                                                                                                     Mari Carmen G. Franconetti y
                                                                                                     José Luis Tirado

               Así y en honor a la verdad llena de matices, no podemos obviar cómo Triana se pasa la vida temiendo a la muerte. Porque sabe de cómo duele la sangre joven, cuando hierve sobre el filo de un cuchillo blanco. De cuando la negrura se hace presente una mañana en el rostro del padre o del hijo que se quedó sin trabajo; o de cuando la amargura más profunda cercena con su torpe guadaña la alegría de un Corral sobre un triste y negro caballo, avisador de desahucio, del abandono sin posibilidad alguna de, al menos, poderse quedar en la tierra que le vio nacer. Y así la vieron, así la vemos y ojalá dejemos de verla, porque ella es ejemplo de tesón tierno: Orgulloso flamear de una manera de ser, de cómo hay que caminar...

                                                                                                Por Soleá de Triana:

¡Corrales y corraleras,
cantadle al mundo que sois
en Triana una leyenda!
 
Y se nos fue el de la Ciega,
el del Laurel, los Molinos,
aquél de la Penitencia
y el Corral de Chamusquino.


                                                                                            Recitado al ensamble:

¡Ay! Corral de Chamusquino
que allá por Pagés del Corro
fue del Aromo, vecino.
El de Platero en Castilla,
en Pelay Correa el Nuevo
y en la Cava en de la Hormiga.
Y pa no alargarme mucho:
Atarazanas, Judíos,
os llevamos en el alma
con tos los cinco sentíos.

                                                                           Fragmento del Pregón de la Velá 2001




5 comentarios:

  1. Te agradezco mucho el detallazo de tu amistosa dedicatoria, Santiago, especialmente por el tema, que es uno de los recuerdos más significativos de aquella Sevilla que conocimos y a la mayoría nos dejó huella perdurable.

    ¡Gracias!

    Un abrazo.

    Mari Carmen.

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  2. No hay porque darlas; los recuerdos entrañables deben quedar recogidos en el marco que hicimos con todo aquello que nos sorprendió en la vida...

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  3. Donde se encontraba el corral del laurel?

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  4. Buenas tardes. Le ruego me disculpe, pero con esto de la mudanza lo tengo todo "manga por hombro". Tenga un poco de paciencia, y en cuanto encuentre el archivo se lo haré llegar, espero. Saludos.

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  5. Hola de nuevo. Organizando una de las carpetas me he encontrado con el archivo que ocupa su petición: El Corral del Laurel (desaparecido) se encontraba en la calle Castilla, 96 cercano al de los Judíos en el 82 de la misma calle. Espero haberle sido útil. Saludos.

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