LA
VALENCIANA
(El
Centenario)
A
transcurrido un lustro de acontecimientos relevantes entre Sevilla y
Triana. De entre ellos haremos distinción acerca de como en 1909
fallecería en su Triana, nuestro insigne Ceramista, Medalla de oro
en diferentes exposiciones internacionales Don Manuel de Soto y
Tello.
Vería por
primera vez la luz de Sevilla Manuel Ortega Juarez, que triunfador en
el concurso de Cante Jondo de Granada con tan sólo trece años, y
con el nombre de El Niño de Caracol más tarde ya sería conocido
como Manolo Caracol.
Un
año después, en 1910
y aun con las dificultades propias que la gente de la orden de los
dominícos presentaron siempre, la Hermandad de las Tres Caídas
retornaría a la Trianera iglesia de San Jacinto.
El
año 1911,
Sevilla se pondría de fiesta para inaugurar una glorieta en el
Parque de María Luisa, la cual quedaría enriquecida con el
maravilloso monumento que el escultor Lorenzo Coullaut realizara en
honor del sevillano Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida, Poeta
universalmente conocido como Gustavo Aldolfo Becquer.
Con
la llegada del prolífico y nuevo año 1912,
al tiempo en que en Sevilla se está produciendo la demolición de
los famosos Caños de Carmona, y Anibal Gonzalez está proyectando la
Plaza de América con sus tres pabellones, en Triana hay una fiesta
especial, de la que la historia hablará, y hablará en razón de
aquello que aconteció en la Trianera calle Pureza, cuando en ella
vio por primera vez la luz la que con el transcurrir del tiempo sería
gran actriz y cantante Antonia Colomé Ruíz, más conocida como
Antoñita Colomé, Medalla de Oro de la Academia de la Artes
Cinematograficas de España y para la que los intelectuales y amantes
mandamases de su barrio no supieron encontrarle una calle acabando su
nombre rotulado en una vía del Polígono San Pablo.
Este
sería un gran año, porque “casi extramuros” anexa a la Puerta
de Triana, nacería otra gloria de la Sevilla cofrade: Salvador
Dorado Vazquez más conocido como “El Penitente”, un niño que
llegado a la calle Trianera calle Castilla, sería con el tiempo,
allá por el 1977 pieza fundamental, ya que gracias a su intervención
no llegó a quemarse la imagen del Cachorro; Pero, no pararía ahí
su bienhacer en el Arrabal ya que al final, se convertiría en el
gran Capataz que fue debido a que encontrándose bajo una de las
trabajaderas del paso de Palio de María Santísima de la O, cuando
aquel tranvía lo embistió, y que quedando inútil para seguir
siendo costalero; sería el mismo Rafael Ariza “El Viejo” quien
lo convencería, dada sus buenas cualidades, para ser el magnifico
Capataz que siempre fue, y llegando a alcanzar el Martillo de Oro de
la Hermandad de Los estudiantes.
El
lustro de esta víspera, y que hace honor a esta pequeña
introducción a quien con todo derecho es merecedor de estas líneas,
lo cierra como no podría ser de otra manera dadas las coincidencias
de la vida que a cada uno le tocó a la hora de escribir su propia
historia, y de la cual no sólo somos, guionistas sino hasta
directores e interpretes, uno de los trianeros más ilustres como
reza en el azulejo que recientemente fuera colocado en la fachada de
la Botica que el año anterior habría inaugurado su padre Don
Enrique Murillo Herrera. Nos referimos como es natural a Don Aurelio
Murillo Casas, Benefactor y auténtico Adalid de su Barrio de Triana,
nacido por la Gracia de Dios en los altos de la Botica en la
Primavera de 1913.
Y
llegamos al tan deseado, a tenor de cumplirse el centenario de
aquella dura apertura, a 1914,
en que una familia procedente de Elche en la provincia de Alicante,
se viene a Triana para dar vida a una Zapatería que durante casi
cien años detentará en la calle Castilla, el legendario nombre
comercial de “LA VALENCIANA”.
Serían
abiertas sus puertas al público por primera vez por la familia de
Manuel Alonso Martínez, hasta que otra, en este caso la de Antonio
Más Franco, tomaría el relevo en la década de los cuarenta; años
después, hacia 1967 le sería cedido el negocio a Juan Morón
Morales, llegado éste desde la no muy lejana y entrañable, al menos
para mi, Las Cabezas de San Juan, el cual lo ha mantenido abierto
hasta el 2011 en que cerró sus puertas para ser reabierto por un
comerciante de nacionalidad china con una frutería hasta que un año
después 2012 se vio obligado a cerrar no sólo por la crisis sino,
imagino, por aquello de la cercanía de la Plaza de Abastos de
Triana; y es que el Market Study manda mucho hoy día, y si no se
utiliza, mal bocado tiene ese pastel.
Con
los último coletazos del 2013, ante la sorpresa de ver el local con
cierto revuelo de obras, y hablado con Juan, me comenta que el local
vuelve a disfrutar de una nueva reapertura, en este caso será
abierto con dedicación a la belleza por lo que el nombre comercial,
si no varía, se llamará GALA Centro Integral de Estética.
2014
El centenario. Un local, todo un siglo atendiendo a Triana en
diferentes parcelas del comercio, y al que le deseamos desde aquí un
venturoso futuro.
Apoyados
en la realidad que fuera en su largo tiempo “LA
VALENCIANA”, considero interesante reseñar que
vista de frente, tendría por la derecha a Quico el de “Los
Madrileños”, y por la Izquierda a “Los Leones” de Ricardo
Carneado, los Suministros y Recauchutados de gomas de Manolo Díaz
Bernal “El niño del hábito” y la tienda de ultramarinos “Los
Espejitos” de Rafael Pérez. De estos comercios preñados nos toca
ocuparnos ahora...
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Santiago. Espero que ahora no lo dejes y sigas con aquella tienda de confección que citas y que se llamaba los Leones, allí me compre el traje cuando me casé. Me ha gustado mucho lo de la Valenciana, que arte. Limón.
ResponderEliminarEstoy en ello. No voy a dejarlo porque una de las cosas que más me duele es que se hayan ido son las tiendas y tiendecitas. Aquellas si tenían encanto...
ResponderEliminarCuantos recuerdos me han traído esta historia y las imágenes. Parece que fuera ayer cuando mi madre me compró mis primeros zapatos de baile para aprender a bailar sevillanas en el colegio Nuestra Señora del Rosario en la calle Pagés del Corro, que cosas. Gracias por hacer que estas cosas nuestras de chiquillos no se pierdan. Carmela.
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