A veces, cuando la ilusión se desata y se convierte en euforia, la mente se nubla y aparece el desequilibrio. Llegado este momento, los individuos se confunden y es entonces cuando se hacen presente los aires de grandeza. Cuestión que para algunos parece no tener ni sentido ni remedio.
Ese espíritu de grandeza de algunos no se puede evitar mi querido amigo. Es una carga que ellos soportan al parecer de forma agradable. Mario.
ResponderEliminarCiertamente, y, tan cierto como que yo no pretendo, en modo alguno, juzgarlo aunque, a veces me entristece el que algunas personas sean así. Saludos amigo.
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