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EDITORIAL SEMANA SANTA



A TÍTULO DE EDITORIAL

(Semana Santa 2013)


Intentar introducirse en el popular cuerpo de la Semana Santa, con un criterio rigurosamente descriptivo, es manifestar el total desconocimiento acerca de la esencia de esta Fiesta Primaveral. Coinciden en la Semana Santa condiciones cualitativas del más alto grado de prestigio a la vez que de la más reconocida dificultad.

Comentar sobre esta maravillosa celebración de la Religiosidad Popular, es como la necesidad de hablar acerca del misterio religioso, de la entrega sacrificada, de la ejecución artística en su más amplio y sublime sentido de extraordinaria expresión, y como no, de la declaración alucinantemente jubilosa de la gente de un tierra que ve su vida, su amor y su dolor en el dolor del Hombre encendido y glorificando cada una de sus calles y sus plazas.

Por eso, intentar encerrar todo esto en la línea horizontal de la descripción literaria es, a nuestro juicio, poco menos que imposible; toda vez que el valor del análisis estaría con mucho por encima de cualquier medida que no sea la del sentimiento.

Aun así, y a riesgo de personalizar el cómo debe ser tratada nuestra Semana Mayor desde un nivel literario, éste debe ser: apoyándose sobre una base poética, es decir, en ese sentido, valiéndome de la esencia que la literatura con sus recursos nos ofrece a la hora de intentar el engrandecimiento de un hecho o acontecimiento. La Poesía será la imagen literaria cuyas sugerencias infinitas nos llevarán por los caminos de la emoción, el llanto, y una gloria sin parangón en la sevillana fiesta de Jesucristo desde el más profundo sentir Cofrade.

Cuando el sevillano está dotado de esos valores geniales cuyos elementos son: la capacidad literaria y la altura lírica y poética en comunión estrecha con la gracia en el estilo, entonces aparece el poder de intentar introducirse en el popular cuerpo de la Semana Santa de Sevilla y de Triana.
 
 

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