Ya era hora de que se acordaran de darle un buen repaso a las muchas deficiencias que por abandono venía sufriendo este emblematico icono del Barrio de Triana. Ahora ya sólo queda una buena limpieza de jaramagos, eliminación de los dichosos candados, y, como no: una buena mano de pintura en general. Así desde los barcos turísticos ha de verse precioso. ¡Cómo es él!
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