ALBERTO LISTA
(Apuntes)
Hacía tiempo que a través de la rendija de uno de aquellos cajones en donde tengo a algunos de los momentos o personajes que dieron luz y esplendor a Triana, venía oyendo las típicas llamadas de atención que de vez en cuando recibo, y en la que me dicen: ¿Cundo me toca a mi? Las más de las veces respondo: ¡Pero si ya te conocen! Y ellos insisten e insisten argumentando que son merecedores de ser una cuenta más en ese rosario de rincones, momentos históricos y personajes ilustres que va creando cada Trianero, para que no sólo los conozca el Barrio sino la Humanidad entera; y miren por donde hoy me encuentro con unos apuntes acerca de unos hechos luctuosos sucedidos en la Calle Rosario del siglo XVIII, actual Castilla.
Sería
no el 15 pero, si el día 5 de Agosto cuando entre las dos y las tres
de tarde, encontrándose uno de los oficiales machacando pólvora, en
una casa taller dedicada a la fabricación de cohetes artificiales,
que se le prendió fuego al mortero, corriendo por toda la que allí
se almacenaba haciendo saltar la casa por los aires. El resultado: el
fallecimiento de la mujer del cohetero y tres de sus hijos, y
resultando heridos de gravedad el resto.
En
la otra parte de Triana, el Verano se viviría de diferente forma;
otros ánimos rondaban el Arrabal llenándolo de un aunque recatado
júbilo, pues nacía una de las más esclarecidas eminencias:
Poeta, Científico, Académico, Religioso pero, sobre todo Culmen de
las Humanidades.
1775.-
Nace en Triana (Sevilla) Alberto Rodríguez
y Aragón. Hijo de Francisco Rodríguez de Lista
y Paula Aragón. Vería la luz por primera vez el 15 de Agosto.
Al parecer, en la calle Betis ya que en algunos apuntes se cita el
lugar como la ribera de Triana. Sería bautizado en la Iglesia de
Santa Ana, no pudiendo ser ante la imagen de la Virgen de la
Victoria, dato existente en alguna cita, ya que ésta no es acogida
por la Parroquial hasta finales del XIX, debido a la desaparición
del Convento.
1788.-
Con tan sólo trece años es ya sustituto de la Cátedra de
Matemáticas de la Sociedad Económica de Sevilla.
1789.-
Un año después alcanza el grado de Bachiller de Filosofía.
1793.-
En este año fundaría junto al Escritor, Pensador y Teólogo además
de Periodista José María Crespo “Blanco-White”, Manuel María
de Arjona, Poeta Sevillano del Neoclacisísmo y del Escritor y Poeta
Andaluz, Felix José Reinoso, la Academia Sevillana de Letras
Humanas. Producto de su afición a las Bellas Letras.
1795.-
Alcanza el grado de Bachiller de temas Teológicos Sevillanos.
1796.-
Este año se hace cargo de la Cátedra de Económicas en el Real
Colegio de San Telmo al tiempo que es elevado Clérigo de la
Catedral de Sevilla.
1798.-
Durante este año fundará la Cátedra de Matemáticas en el
Sevillano Colegio San Diego.
1803.-
Este será un año clave en su vida pues siente las fuertes
influencias de la Filantropía y el Enciclopedismo así como una
entusiasta admiración por el Político Ilustrado José Moñino y al
que Carlos III, le concede el título de Conde de Florida Blanca.
1808.-
En este año alcanza la Cátedra de Retorica y Poética en la
Universidad de Sevilla. También fundaría junto con el Escritor e
Historiador Justino Matute y Gaviria la Gaceta Ministerial de
Sevilla.
1809.-
Durante el transcurso de este año mantendría estrecha colaboración
con el Filólogo e Historiador y estudioso de la Lógica y las
Humanidades Catalán Antonio Capmany.
1813.-
Abandona el cargo de la Cátedra de Sevilla por afrancesado.
1817.-
Fue ordenado Sacerdote a su regreso a España obteniendo por
oposición la Cátedra de Matemáticas del Consulado de Bilbao. Funda
la revista el Censor. Era conferenciante del Ateneo al tiempo que
colaborador con los periódicos de la época.
1820.-
En este año fundaría el Colegio Libre de San Mateo en el que
enseñaría tres asignaturas. La fama que Alberto
Lista adquirió en este Colegio se aumentó en breve con
la publicación de su Poemario, del que se llegó a realizar una
segunda edición. Poco tiempo después aparecería su traducción de
la Historia Universal del Conde de Segur, que continuó hasta su
época; un Tratado Elemental de Matemáticas, el Compendio de la
Historia de España, y dos compendios: uno de Historia antigua y otro
de Historia moderna.
1825.-
El día 7 de Agosto, el que fuera alumno suyo durante unos años José
de Espronceda le rendiría un homenaje. También, entre otros muchos, Gustavo Adolfo
Becquer sería alumno suyo.
1827.-
Ese año estuvo dirigiendo en Bayona la gaceta de Bayona.
1830.-
Estuvo al frente de la Estafeta de San Sebastián.
1833.-
Este año sería nombrado Director de la Gaceta de Madrid.
1834.-
En la Primavera de este año se le ofreció el Obispado de Astorga,
cargo que no aceptó.
1836.-
Ocupó la Cátedra del Ateneo de Madrid, conferenciando a su vez
Matemáticas en la Universidad Central.
Los
últimos diez años de su vida los pasó en Andalucía, primero como
profesor en el Colegio de San Felipe Neri, en Cádiz y después en
Sevilla como director de la Academia de Buenas Letras y Profesor de
su Universidad, hasta acabar sus días en su Barrio de Triana el día
5 de octubre del año 1848, si bien es verdad que en el año 1846
reinando en España S.M. Doña Isabel II erigió el Instituto de
Andalucía como Decano, y a su Fundador: Ilustrísimo y Primer
Regente.Su última ocupación sería la de Asesor del Cardenal
Joaquín Lluch y Garrigas, dada su calidad de Graduado en Derecho
Canónico.
El
carácter humanista de su formación desde los primeros años de su
juventud, llevó a Alberto
Lista
a ser miembro de varias de las numerosas academias que existieron en
la Sevilla de su época, donde se
prestaba especial atención a los estudios de las Humanidades, la
Lengua y Literatura, la Geografía y la Historia, la Lengua
Extranjera, etc.
Sus
Ensayos críticos, libro impreso en tiempos muy recientes, lo mismo
que su Colección de Poetas le colocan a la altura de los primeros
críticos modernos, si bien su carácter suave y apacible se halla
pintado en estas obras, en las que enseña corrigiendo, y lejos de
herir el amor propio o arrebatar una reputación, la afirma, como
quien separa el grano de la paja, aplaudiendo las bellezas y
desechando el escombro.
En
su labor como docente, defendió siempre la necesidad de
armonizar el equilibrio natural del individuo con la Justicia
y la relación con las leyes de la naturaleza. Destacó
sobremanera la importancia que tiene en el alumno el
conocimiento de su entorno, su status real, antes de
introducirlo en el conocimiento del status ideal.
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