La
sevillana Universidad Laboral titulada José Antonio Primo de
Rivera, y dirigida por la familia Salesiana, aunque ahora ha
pasado a denominarse Pablo de Olavides, y dejar de prestar
aquellos necesarios y maravillosos servicios educativos,
principalmente, a la clase trabajadora, sería ubicada a unos siete
kilómetros de Sevilla dirección Utrera y ocupando una extensión
aproximada de 300 hectáreas.
Con
un soberbio edificio central, un tercio de esas hectáreas estarían
ocupadas por los pabellones, que serían los dedicadas en su
totalidad a residencias (también existía un alumnado interno),
aulas y dependencias complementarias como: Salón de actos, Auditorio
para diferentes tipos de entretenimientos entre los que se
contemplaban el teatro, el cine o la música. Sus servicios generales
además de los meramente administrativos con inclusión de una
Oficina de correos, constaban de: Sala de visitas, Cafetería,
Enfermería con capacidad para dos docenas de camas, Peluquería,
Lavandería, Cocina y comedores, salas de juego, almacenes generales,
Capilla. Hay que tener en cuenta que acogía a un número aproximado
de 1400 alumnos. Fue construida bajo la atenta mirada de una torre
cuadrangular de aproximadamente 70 metros de altura.
Fue
dispuesta para acoger 7 colegios: 3 de ellos Mayores: Bartolomé
Esteban Murillo, Fernando de herrera y San Juan Bosco, y 4 colegios
Menores: San Fernando, San Isidoro, Miguel de Mañara, y Alfonso X el
Sabio; Así mismo dispondría de un total de 7 laboratorios, 12
talleres en los que se realizaban prácticas para diferentes oficios,
42 aulas ordinarias y 8 extraordinarias, disfrutando todos ellos de
una magnífica Biblioteca. Para el desarrollo de sus distintas
actividades deportivas, disfrutaba de: una bien organizada pista de
Atletismo, 5 pabellones cubiertos para gimnasia y deportes, 4 campos
de Fútbol, 3 frontones de varias caras, otros tantos campos de
Baloncesto, Balonmano y Balón-bolea, en los cuales se realizaba la
práctica del Balón-torre y el Balón-tiro. Una piscina olímpica,
una piscina de saltos con trampolín a dos niveles, y 6 piscinas
tanto para la competición como para la enseñanza de la natación.
Santiago cuántos recuerdos me han traído estas imágenes aunque lo que más me ha chocado es el dichoso escudito de Falange. Y en el otro artículo del autobús, mi nieto que ya tiene 22 años se moría de risa. Te quieres creer qu aun me acuerdo de un tal Bizcocho que jugaba al futbol que era un diablo. ¿te acuerdas? Josele.
ResponderEliminarJosele, créeme que te entiendo perfectamente, pero yo lo veo desde la perspectiva de que aquello era obligado y hoy, en cambio somos libres de elegir, y que felicidad poder haber elegido lo contrario, ¿o no? De todas formas el dichoso escudito había que ponerlo,al fin y al cabo es nuestra historia, ¿no te parece? Y claro que me acuerdo del tal Bizcocho. Celebro que hayas conctado con el blog y espero que le saques más partido.
ResponderEliminar