Parece imposible que algunos se empeñen en desnaturalizar cuanto de solera poseían aquellos elementos que un día dieron que hablar en Triana por su estética en razón de los lugares a que fueron destinados. Las farolas, tipo Eiffel, que fueron instaladas al rededor de la famosa Fábrica de Aviones, han desaparecido. Una vez más me pregunto: ¿Por qué este absurdo comportamiento...? ¿Acaso no hacían conjunto con la marquesina?
Particularmente me duele el contemplar entre el entramado metálico este nuevo tipo de alumbrado, que no
me cuadra ¿Será por aquello de la deformación profesional...?
ResponderEliminar“Desde mi barrio”, que es el mismo que un día nos adoptó, leo con interés cuanto en el se cita, siempre lleno de vivencias de un trianero de siempre.
Viendo la fotografía de nuestro común amigo Gasán, nos trae el recuerdo de aquella fecha en que se hizo justicia al nombrarte pregonero para la primera velá del siglo y que en aquella noche cuajada de estrellas de prosas, de brillantes versos y de “jonda” soleá de Triana, tuvieras como primer maestro para aplaudirte a Jesús Heredia.
Allí en el Hotel de Triana, sentimos envidia sana por estar cerca de nuestra paisana, aunque lógicamente tu Santiago y por razones obvias, tenias la suerte de tener para ella las mejores alabanzas o requiebros.
Este que suscribe, tuvo que hacer de “carabina” en aquellas horas “señalaitas” y atender a una residente del barrio León, que indirectamente nos privó de saludar a Marifé.
Celebramos tus vivencias de hace aproximadamente trece años, con esta inigualable artista “alfarera”. Años después, pudimos en su casa saborear las excelencias personales del trato, que dispensó a la comisión que se creó para homenajearla y de ahí la medalla concedida.
A tus emocionantes líneas y verso acróstico, unimos Santiago un ¡Viva Marifé! – un ¡Viva Triana!.
Gracias por este comentario amigo Paco y, que duda cabe, por hacerte seguidor del blog, aunque he de decirte que busqué en la entrada de Marifé y me llevé una sorpresa ya que ahí no estaba pero, no importa. Por supuesto que me uno a esos vivas. Un abrazo.
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