A MI TRIANERITA
Cuando a tu cara, niña,
le falten las primaveras,
y lentamente el otoño
sobre tu piel aparezca.
Cuando busquemos el Sol
del banco que nos espera,
donde pasar las mañanas
de aquella Plaza Trianera.
Cuando ya no sean largos
los pasos que antes dieras,
y camines despacito
sin bajarte de la acera.
Cuando tú pelo Castaño
que celo a tu cara diera,
jugando sobre tu frente
en nieve se convirtiera.
Cuando tú persona, siempre,
de sonrisas placenteras,
se trunquen de un solo trazo
en diferentes maneras.
Cuando ya con pocas ganas
mis bromas tú recibieras,
imagino, que las tuyas
con menos ganas las dieras.
que antes siempre tuvieras,
con que pasaba hacia ti
al abrirme tú cancela.
Cuando
te inventes historias
para volver la primera,
a recordar en el espejo
tus años de mujer nueva.
Cuando en mirar
te
entretengas
aquellas fotos, risueña,
recordando todo el tiempo
que los papeles encierran.
Yo… seguiré aquí, a tú lado,
aventando tu candela
para que no pases frío,
ni pasen tus primaveras.
Santiago. Primavera
Tan sentido como hermoso poema a Luisa, tu esposa, compañera de tu vida. Me has emocionado por todo lo mucho y bueno que te sale del corazón.
ResponderEliminarTe aplaudo y te felicito por tan bella aportación que guardaré en el cofre de los tesoros.
Un fuerte abrazo para los dos, pareja.
Muchísimas gracias, Comadre... Abrazos para vosotros.
EliminarAplaudo tu poema en toda su extensión y en esa duradera amistad con que me obsequiaste; pude comprobar que entre las muchas virtudes que tuvo y tiene Luisa, se encuentra la experiencia para llevar vuestra familia.
ResponderEliminarUna riquísima cantera, donde ella extrajo muchos tesoros de la vida. El mejor saludo.