UN GRAN DÍA PARA ANDALUCÍA
Toda Andalucía parece
acunada, mecida con el sutil deleite de la magia. Un tornasol que se endulza
cuando bellamente se cuelga a un horizonte de grandezas y a un atardecer de
detalles coloristas, donde la brisa bajando desde las sierras sabe a Jara, Tomillo,
Romero…, que se funden y se confunden con el Azahar, la Canela y una sal
de blancas efervescencias. Si los términos: Fantasía, delirio e ilusión fueron
creados por Dios para explicar algo, sin duda fue para definir a Andalucía.
Andalucía es
como una estilizada y agraciada mujer bañada por el Azul de los cielos, el de
los mares y el Verde y Blanco de la campiña. Una mujer de cintura de mies
cuando es abrazada por el llanto amargo de una guerra de amores y desamores,
que se cubre con chaquetilla de luces de fino hilo, o camisa empapada en muchas
horas de sudores, ávida de un jornal diferente. Que tiene en su ambiente un
resorte impalpable con el que consigue dominar y quedar libre de antiguas
contaminaciones y ataduras. Un recurso que tan sólo lo da su carácter; su
sangre mitad mora, mitad cristiana, y fluida porque posee un realce de alas en
su Gracia Universal. Una 'mujer' siempre joven que encierra en su Alma
trabajadora y plena de ensueños:
El Almeriense amanecer almibarado.
El atardecer Granadino de un Generalife de entregas. De
noches Malagueñas, despiertas por mil susurros de espumas. De Cordobeses ocasos
cuando la luna es de unas miras morunas. De Onubenses descubrimientos
junto al brillar de los mostos. De Jienenses días envueltos en miles
de nubes de dorados óleos. De Gaditanas tardes de crepusculares
blancuras, vistiendo con estos tornasoles, a la Sevillana dama y
señora de la sublime luz que se descuelga por una leve e inmaculada guirnalda
de fulgores. Y todo, bajo la protección amorosa de unas gentes cuando en el campo,
en la mar, en los pueblos o las grandes urbes, se deshacen por agradar a ese
resto de la humanidad que una vez que la visita y conoce, en su fuero interno,
jamás dejará de amarla.
En muy pocos lugares de
ese Universo se aúnan los rasgos inquietos que en Andalucía,
para mantener en alto su redoblado brío, y sin cansancio, se aprecian en los
últimos y revalorizados tiempos. Cuando ella, en su afán de continua mejora,
abre el torrente de su formación a todos los niveles, y entonces nos
encontramos ante una Poesía hecha con lo asombroso de su peculiar expresión, el
fervor de su entrega y el silencio de su sacrificio y generosa hospitalidad.
Efectivamente, nuestra
Andalucía es un espectáculo único y prodigioso de luz, color y
calor. Si tanto elogio mereció en su lejana antigüedad, cuando disfrutaba una
lengua, mientras que los castellanos hablaban el deshecho de un Latín
barbarizado, tanto más encontramos de bueno en la actual cuando, poco a poco se
le va viendo liberada de esos grilletes que estuvieron tanto tiempo amordazando
aquellos gritos de necesidad y de esperanzas cual mirada
de Cachorro hacia un Sol diferente.
Mientras subsista la
tierra Andaluza, seguirá su Alma soñadora siendo motivo de asombro para propios
y extraños. Mientras la mujer se bese con el hombre. Mientras el vino borde
perfiles de encajes en sus mentes. Mientras que el Rojo de la sangre corra
trabajador por la Gracia de su Blanca y Verde condición festera y orgullosa,
ella será la perfecta armonía en el corazón del Universo. Pero sobre todo,
cuando la voz de sus hombres y mujeres se oiga en ese grito real y libertario
de:
¡¡¡VIVA ANDALUCÍA!!!
No he querido dejar pasar este gran día sin felicitaros a todos.
Sentida y bella entrada para celebrar nuestro gran día que compartimos. Juntos todos para manifestar nuestro orgullo y mantener nuestras más queridas tradiciones y legado de D. Blas Infante.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y un besote a Luisa y a ti, querido compadre.