DINOSAURIOS
A petición de un buen lector y seguidor de mi blog
como es Marcos, os hago llegar lo que, a mi juicio, ocurrió con el periodo
Dinosaurio. Él sostiene aquello tan manido de que estos enormes animales
desaparecieron tras caer sobre la Tierra un gran Meteorito. ¿Y por qué los
animales eran tan grandes?
“En principio habría que aclararle, o acaso
preguntarle, partiendo de la base en que estos animales se han encontrado en
muchísimos lugares de nuestro planeta ¿Cómo debería de haber sido ese
“supuesto” Meteorito?
EL DIÁLOGO
“¿Por qué tan grandes? Grandes no eran todos, y
tampoco hay que sorprenderse por ello; Nuestros elefantes, nuestras ballenas,
nuestros cocodrilos y caimanes, entre otros... no sólo son algunos más grandes,
sino que están desde entonces. ¿Por qué unos herbívoros y otros carnívoros? No
están los dos al mismo tiempo; en sus comienzos no todos son carnívoros, no
existe más vida animal terrena que la suya, y para la especie Dinosaurio, su
alimentación se limita, evidentemente, a la ingestión de hierbas, sin embargo,
son tantos y tienen necesidad de tanta cantidad que llegan a pelar los suelos
de montes y praderas, de ahí que las grandes manadas tengan que realizar
desplazamientos de hasta miles de kilómetros para encontrar nuevas despensas.
Sus territorios, a ras de tierra, van quedando poco a poco arrasados al tiempo
que esa necesidad hace en unos desarrollar sus cuellos al objeto de poder
alcanzar los frutos de los altos árboles, y en algunos otros más anchos que largos
o altos, potenciar sus fuerzas con el fin de poder abatir esos árboles y una
vez caídos poder alimentarse.
“Cuando
llega el momento crítico, es cuando después de haber comido más de lo que a la
tierra le es permitido crecer, principalmente, porque con la destrucción de los
árboles eliminaron las grandes épocas de lluvias ya que la lluvia es atraída por las altas y
grandes arboledas, ya no queda sobre la tierra ni una sola brizna de hierba; es
llegado el momento en el que la supervivencia los hace carnívoros. ¿Y qué
ocurre entonces? Pues sucede lo de siempre a lo largo de la historia y hasta
que esta deje de escribirse, que el fuerte se nutrirá del débil. Así pues los
machos y las hembras se comieron a sus crías”.
-
Perdona, Jorge, pero los dientes de un herbívoro no son los de un carnívoro -le
interrumpió Guillermo.
-
Evidente, pero esto tiene respuesta con una pequeña reflexión...
-
“Piensa que estuvieron comiendo al final no sólo raíces y cortezas, sino que
estuvieron, en su desesperación, obligados a comer de los propios troncos de
los árboles, y esa necesidad fue la que hizo con el transcurrir del tiempo que
desarrollaran poderosas y afiladas dentaduras. Más tarde cuando ya los hijos
también insuficientes, y como las hembras eran las más débiles de la
especie fueron así mismo devoradas por
los machos, machos que al final se devoraron entre sí por lo que ellos mismos
hicieron cerrar después de algún que otro millón de años el hermoso libro de su
historia y el cual podría, a decir de los griegos, recibir el nombre de época
Dinosauria”.
- Es
curioso -dijo Guillermo, musitando-, y mira que un día le estuve dando vueltas
y más vueltas...
- Todo
en la historia es muy sencillo, lo que ocurre es que cada civilización, cada
cultura ha tenido, tiene y tendrá una idiosincracia especial, y a la nuestra le
ha tocado la del laberinto, porque hay que darse cuenta lo embrollado que lo
hacemos todo, pero que eso sea así sabéis por qué ¿no? Porque mientras más
vueltas le demos a las cosas, nos parece que menos se nos ven las intenciones,
y si algunos supieran hasta qué punto se nos notan todas las ideas...
Extracto de mi novela Trozos del espejo 1993.
Se aceptan comentarios, opiniones. El juego está servido.
Gracias Santiago, la verdad es que no estaba muy seguro de que lo pusieras, chapó. Un saludo, Marcos. Me extraña no haber visto ningún comentario. Ya te llegarán.
ResponderEliminarQuerido amigo, Marcos. Las promesas hay que cumplirlas. Saludos.
ResponderEliminarDe un interés absorvente. Muy buena entrada. Cultura 100x100.
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