Quiero
sembrar versos muy amables,
y que germinen
sutiles y sencillos,
no quiero
hacerlo a tres bolillos
para que salgan
todos admirables;
- Quiero hacer estos versos encomiables
- y que luzcan frescos, y con brillos
- de un amanecer preñado de amarillos
- hasta llegar a aquel atardecer inolvidable;
- Quiero mi mano derramando esa semilla
- que luego en su seguir regale un brote
- del que se diga ¡Señor que maravilla!
- Hoy por fin encontraremos esa dote
- tan deseada, esperada, y tan sencilla
- como el sabor de leer sin que se note.
Sencillamente maravilloso.
ResponderEliminarY sigo con "duendes" en mi blog hacia el tuyo y no sé el porqué, ( ya sabes lo birria de informática que soy). después de mil y una "pelea·, logro entrar para decirte:
ResponderEliminarEs genial, me encanta los versos!
Un abrazón.