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EL BAR CITROEN



             CURIOSIDADES SEVILLANAS

            El sevillano, por regla general, es muy dado a crear historias y leyendas acerca de los diferentes sitios y lugares de la Sevilla de la Exposición Hispano-Americana de 1929. El Bar Citroen, no podía escapar a estos dimes y diretes; es por ello que si bien no andan algunos muy descaminados, no es menos cierto que algo puede haber de ello.
           Así pues, apuntamos: El nombre le viene dado, posiblemente, porque siendo aun el Kiosco acristalado (al estilo del que existió al pie de la escalerilla de Tagua en el arranque del Puente de Triana), y que se creara para la Exposición, y que después se renovaría en los años cuarenta, tendría un cliente habitual, al parecer, de la familia Terry, y representante de la Fábrica francesa de los automóviles Citroen.
           Como quiera que para su profusión comercial, él poseería uno, el cual lo dejaría de continuo a la puerta del bar donde debió de acudir a diario, y cuyo modelo debió ser el famosísimo Citroen modelo 11 Ligero, pero que no llegaría a España hasta 1935 aproximadamente, es por lo que surge la pregunta: ¿Con que nombre fue inaugurado en sus orígenes este sevillano Bar, ubicado en la Glorieta San Diego a la entrada del Parque de María Luisa, dirección Plaza de España?
 








 













3 comentarios:

  1. Dos datos que posiblemente conozcas, querido Santiago. En la terraza se montaba una caseta cuando la feria se celebraba en el Prado. Otro, más curioso, que en el local aledaño y cuya puerta aparece en la tercera foto, estaba el patronato de la vivienda del Ayuntamiento, en tiempos de Don Gregorio Cabeza, su responsable. Un abrazo. José Luis Tirado.

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  2. Quiero decir en la terraza superior, en la azotea, vamos. Su nombre, el de la caseta, precisamente, se llamaba La Terraza, y luego paso a la de los Remedios con ese mismo nombre, calle Pepe HIllo. José Luis Tirado.

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  3. Gracias José Luis por tu aportación Ya ves como somos los sevillanos que adoramos nuestra tierra: un poquito de aquí y otro de allá, y así vamos dándole estructura a nuestra historia. ¡Lástima que no haya más gente dispuesta a colaborar, porque de seguro que aun quedará por ahí algún flequillo que pudiera ser utilizado a fin de enriquecer estos trabajos! Un abrazo.

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