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LA CERÁMICA DE TRIANA EN SEVILLA



EL LUMINOSO OCASO DEL SIGLO XIX


                 Un día más, y mis pasos se dirigen hacia esas céntricas callejuelas sevillanas por las que normalmente no solemos pasar, pero, que duda cabe, que posiblemente en alguna de ellas se encuentra una casa de estas cuyos dueños sintieron durante el periodo de su construcción la necesidad de decorarla con la finura artesanal de la cerámica de Triana.
                 Ya de regreso, y tomado mi acostumbrado café en la calle Hernando Colón, por ser su propietario un viejo conocido, cuando al salir me encuentro casi de frente a un portal que, o bien antes estaba cerrado o quizás, raro, no había reparado en él. Pero el caso es que allí estaba y ojalá esté por muchísimos años ya que lo que encierra de puertas para adentro ese número 18 es una más de las muchas joyas que parieron los ceramistas trianeros de finales del XIX.
                Lástima que esa planta baja dedicada en su totalidad a oficina, no nos permita el poder desplazar el pesado mobiliario informático allí existente, detalle éste que no me pasa ni por la imaginación solicitar de su propietario, pero, que al menos, me permite aunque están en horas de trabajo, tomar las fotos que pueda para este privilegiado quehacer.
               Los más amantes de la cerámica no tendrán ningún problema para, echándole un poco de imaginación, acabar de componer los cuadros que os presento seguidamente, y los cuales en su totalidad fueron realizados en la Fábrica Viuda de Gómez en 1897 y pintados por don Manuel Arellano.
 








 

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