jueves

LA CERÁMICA DE TRIANA EN SEVILLA



UNA VERDADERA PENA
 
              Me pierdo un día más por las calles de Sevilla a la búsqueda de ese detalle que eternamente se encuentra al aguardo del fiel observador, y que no siempre es de su agrado por razones obvias de todos conocidas. Me colé por el Muro de los Navarros con idea de salir hacia la Plaza Ponce de León y en cuyo lateral y a consecuencia de un "soplo" me encontré frente a un paño de azulejos del que ya tendréis las debidas noticias.
              Pero, es que lo que me entretiene ahora son dos detalles a cual más digno de tenerse en cuenta: el primero, que la numeración de la calle está al contrario de como oficialmente debería de estar, o sea que el número 1 debe ser siempre el lado izquierdo de la vía y además comenzar partiendo del centro de la ciudad, (sobre ello ya os hablaré más adelante con motivo de un trabajo sobre la figura de don José Gestoso). Sin embargo, el segundo, y más doloroso fue el tropezarme a la altura del número 51 con un preciosísimo -al menos así debió ser el original-, retablo de la Virgen de las Lágrimas de Santa Catalina, que a ver cuando acaban las obras de ese portento Gótico-Mudéjar del siglo XIV, si es que alguna vez empezaron. Y digo doloroso porque no sé como en cabeza humana puede concebirse la idea de colocarle, dicen que a título de protección, un cristal, para más inri, de brillo con lo cual es imposible hacerle una fotografía sin que en ella aparezcan los reflejos de lo que está tras de ti. Es una lástima, y lo digo por partida doble ya que la magnífica obra está firmada por nuestro  querido Ceramista Trianero Alfonso Orce y datada en el 2006.
 
 
No puede llorarse más,
si con Lágrimas por nombre
la fueron a bautizar.
 
Hacer clic sobre la imagen para ampliar
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario