jueves

EL JARDINCILLO



SIN REMEDIO
 

             A veces, creedme, siento verdadera vergüenza ajena, no sólo por el tanto insistir, sino por el tener que recordar cómo aquellos lugares, que aunque no muy frecuentados durante la época de mi infancia, si lo fue durante mi adolescencia cuando comencé a asistir al colegio San Francisco de la calle Betis. Aquel trozo de precioso Jardín a la vera del rio (Vera del Río, estaría recogido el nombre de la calle en los padrones de 1533 y 1665), donde los más irresponsables -justo es reconocerlo- nos dábamos algún que otro chapuzón, y donde allá por finales del XVIII y como consecuencia de las obras del gran murallón (la zapata), quedaría este espacio que los vecinos cercanos al lugar y de ello aun queda un Corral con el mismo nombre, fueron llenándolo de plantas y macetas dando que hablar cuando se paseaba por su orilla.
          Pues aun después de muchas llamadas de auxilio en favor de su adecentamiento y apertura, por qué no, así continua, con sus ya corroídos "norays" por el tiempo ya que el lugar y desde el siglo XV acogería el Puerto de la Mulas y el de las Muelas, según Macías Miguez, y que eran lindante con el de Camaroneros, lugar que hoy ocupan diferentes bares-terrazas y restaurantes. Y para que a alguno/as se le pongan los dientes largos -es broma- habré de decir que la celebración de mi boda se hizo en uno de ellos y justo a la orilla del río, frente a la Torre del Oro, ¡ahí es nada!
 
Hacia 1906
 

Hacia 1930
 






2014

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