LA SÉPTIMA VÉRTEBRA
Cuídala bien costalero,
y al
enfajarla con fuerza
acuérdate
de no ahogar
a ese
diafragma sencillo;
que él
pueda respirar,
y así
poder soportar
ese peso
que al morrillo
por amor
le vas a echar.
Si en la primera se clava
el peso de
mis pecados,
en la
segunda se advierte
que no hay
que tentar la suerte
que en la
tercera ha calado
cual eco
que en la cuarta suena
como si
fueran cadenas
que en una
y otra chicotá,
en la
quinta muerde el peso
y se
amarra como un beso
que a la
sexta va a besar,
y en la
séptima encontrar
el culmen
de esos lumbares
que
requieren los andares
de tu
entrega a los demás.
La literatura y la anatomía unidas. Quién dice que existen las fronteras? Expresas una manera nueva de ver al costalero. Me ha gustado mucho.
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