viernes

LA CRUZ ROJA DE CAPUCHINOS



 
ENTRE RICOS Y POBRES



            Aun no ha despuntado la década de los 20 del siglo pasado, Sevilla se llena de ilusión con la noticia de que los herederos de don Juan Marañón Lavín le hacen donación de unos terrenos que a su vez poseen unos locales en el antiguo lugar llamado “degolladero de los cristianos”, frontal al convento de los Capuchinos de San Francisco (…), con el fin de que, patrocinado por los reyes don Alfonso y doña Victoria Eugenia, y en su representación la Infanta doña Luisa Francisca de Orleans, de 40 años de edad, Presidenta de la Cruz Roja en Sevilla, y cuyo retrato con atuendo de enfermera preside la sala de espera, y el cual, realizado por el destacado Pintor José Macías, y ejecutado en la Fábrica de Cerámica que Mensaque Rodríguez y Cía. tiene en Triana, se construya un Dispensario que, con carácter de beneficencia, servirá de albergue y atenderá a los más desvalidos.
             El proyecto y su ejecución le será encargado en 1917 al arquitecto don José Gómez Millán y a la empresa Hidalgo, los cuales acabarían la obra en 1923, siendo inaugurado el 11 de Noviembre, y comenzando a funcionar aunque con una sola planta, en la Navidad de ese mismo año en calidad de regado de Reyes, se podría decir.
            Sus primeros pasos estuvieron dirigidos por las Damas de la Cruz Roja Sevillana, cuya organización estaba presidida por la Sra. Marquesa de Yanduri, la cual había encontrado en el Dr. don Francisco Galnares un magnífico colaborador, junto a un extraordinario equipo, notándose al poco tiempo de su apertura que ya era creciente el desarrollo de las actividades médicas allí practicadas alcanzando un alto grado de aceptación y prestigio.
            Con la llegada de la incivil guerra, el que ya había pasado a convertirse en un excelente Hospital-Dispensario, fue requisado para ponerlo al servicio de las necesidades sanitarias y militares.
          Ya a mediados del siglo XX, y cuando el Hospital había alcanzado la cifra del centenar de camas, además de diversas ampliaciones gracias a las donaciones populares, y su apogeo había traspasado fronteras, con la llegada de la Exposición Universal de 1992, la rueda de los intereses que el ser humano no deja de hacer funcionar, hizo que comenzara una nueva etapa, para, al parecer, combinando tradición e innovación convertirlo en lo que hoy es: un Hospital Privado de pobres y que aunque el pueblo lo siga llamando de la Cruz Roja, su nombre es Hospital Victoria Eugenia.
 







 
Hacer clic sobre las imágenes para ampliar.

1 comentario:

  1. Conozco el interior. Mis padres fueron operados aquí. Magnifico edificio, con un cuadro de profesionales magnificos, que durante décadas se granjearon un merecido prestigio.

    En mi casa decíamos .nuestra"Cruz Roja", para diferenciarla de la de Triana, por pertenecer nosotros al barrio de la Macarena.

    Magnificas cerámicas y amplios ventanales...Me recuerdan mi infancia, de eso hace una jartá de tiempo, jeeeee...

    Mari Carmen.

    ResponderEliminar