UNOS APUNTES
Para mi amiga A.
La
Psicología actual manifiesta y, en cierta medida, nos enseña que
los celos carnales se expresan bajo las influencias de peticiones o
demandas inadecuadas o impropias. También, cuando de forma, a
veces, incoherente ejercen sentimientos enfermizos porque los deseos
demandados se entienden, de una forma arbitraria, que estos no son
satisfechos. Por consiguiente, la tendencia de este sentimiento es
reflejar una más que evidente inseguridad emocional
debido a la pérdida del dominio o en el peor de los casos, sufrir
la herida del quebranto en cualquier tipo de relación.
La,
a veces, definida “lacra” de los celos hace que estos se
manifiesten ante la aparición de una relación, situación, o
persona en la que el ego ha de ser clasificado como mucho más
dominante y competitivo.
Por
esta, una de las razones, los celos provocan que el individuo que
los sufre de una forma, llamémosle aguda, sienta como agreden y
vulneran sus sentimientos a la vez que acusa sobre él el dominio del
individuo “productor” de los celos, quedando de esta forma
atrapado en esa urdimbre de opresivas y a veces ofensivas situaciones
tales como la privación de libertad, el aislamiento, una paranoia
en evolución constante así como la sensación desequilibrante que
lleva a la persona a estar de forma continuada revisando y analizando
el comportamiento, para ella, evidente de una falta de entrega y en
ocasiones hasta de traición.
Me preguntastes un día
si alguna mujer tenía
y yo te dije que sí.
Al decirlo no mentía
porque de veras quería
a otra mujer más que a ti.
Se apropiaron de ti los celos
que según dice el refrán
son muy malos consejeros,
algo falsos y embusteros
que no dicen la verdad.
Hoy, yo vengo aquí a decirte
que esa mujer de la que celos tuviste,
y que sin querer ofendiste
es la que me ha dado a mi el ser.
Por eso darte de lao
nunca será mi intención,
siempre me tendrás entregao
igual que mi corazón
que se muere en la razón
de hacerte ver que esos celos
que te tienen en desvelo
serán nuestra perdición.
Los celos son, de todas las enfermedades del Espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.
Los celos son, de todas las enfermedades del Espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.
Muchas gracias Santiago. Creí que aquello lo decías en broma. Se puso toda nerviosita cuando se lo enseñé; tu me entiendes... M.
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