TIERRA
DE LECHE Y MIEL
Ayer tarde me perdí
Por
la sierra de su cuerpo,
Y como mendigo fui
Monte
y llano recorriendo.
En
el balcón de sus ojos
Perdí
la noción del tiempo,
Y
los perfiles dorados,
Conjunto
de mar inmenso
Me
volvieron a la vida
Con
el frescor de su aliento.
El
manantial de su boca
Sació
mi sed con sus besos,
Y
el maná, dulce de Miel
Que
se acuna en sus adentros
Calmó
mi hambre perdida
Cuando
estaba floreciendo.
Y
así me fui deslizando
Por
un canal entre helechos,
Cuando
el rubio atardecer
De
amapolas fue cubriendo
El
compás de sus mejillas
Antes
sembrado de almendros.
Con
las sombras de la noche
Luchó
mi fiebre en el Heno
Fresco
de aquellas laderas,
Y
cual loco recorriendo,
Subí
y bajé enfebrecido
Con
furioso desenfreno.
Los
potros de mi locura
Braceaban
con empeño
El
campo de aquella Era,
Y
el pozo del Universo
En
donde bebe la vida
De
la vida para adentro.
Se
hizo firme la noche
Cuando
miré el Firmamento,
Y
dos palomas volaron
A
romperse contra el viento,
Mientras
el viento gritaba
Y
jugaban los luceros.
Seguí
bajando en penumbras
A
lo largo del sendero,
Y
allí, donde sus trigales
Son
rubios en todo tiempo,
Me
confundí con las mieses
Como
el calor en invierno.
Cansado
de aquel paseo,
Y
sobre alfombras de ensueño
Me
recosté silencioso
Cuando
estaba amaneciendo;
Y
pude ver a la Luna,
Que
se iba sonriendo,
Mientras
su tierra quedaba
Llena
de mi Sentimiento.
Preciosa poesía, enhorabuena, Santiago.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un sentimiento que ya tiene unos años, Mari Carmen...
ResponderEliminarMi abrazo para ti también.
!Que bonita poesía! Felicidades
ResponderEliminarFue un Febrero maravilloso y aun lo recuerdo como si fuera ayer, pero, ya pasaron casi cincuenta años...
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