MI DESPEDIDA A: “EL
PERLO DE TRIANA”
Que puedo decir de El Perlo de Triana que no se haya dicho ya después de una vivencia de cerca de noventa años. Cantaor, Poeta, Autor de un sin fin de letras flamencas para muchos interpretes y que lo hizo más grande aún si cabe. Hijo de la gran Perla de Triana, entre cuyas enaguas trianeras creció y mamó su arte para, muy joven alcanzar el grado de ahijado de la Niña de los Peines, quien lo arropó desde el día que lo conoció, labrando las más profundas de las Tonás; sería por eso que en cierta ocasión me comentó que él era un admirador de aquél antiguo jerezano “Tio Luis el de la Juliana”.
Eugenio
Carrasco, El Perlo.
Tan
singular y Trianero.
Un hombre
que el mundo entero
hoy ya le
echa de menos
por su
manera de ser.
Y Triana,
que si sabe
de su
trayectoria humana,
le fue
fraguando una llave
al amparo
de Santa Ana,
abuela a
la que él llama
desde
aquel Monte Pirolo
donde
arraigara su arte,
y así
decir que fue parte
absoluta y
soberana
de la
gracia arrabalera,
que
derramó la ribera,
sobre su
estirpe gitana.
Eugenio
Carrasco, El Perlo.
Es el
barrio el que te aclama,
y el que
te tendrá de amigo,
desde
siempre y para siempre;
Triana
estará contigo
a donde
quieras que vayas,
y desde
aquella muralla,
zapata de
tus amores,
siempre
será la sonanta
y un
cantar de ruiseñores
hechos
trinos soñadores
recordando
tu garganta.
Eugenio
Carrasco, El Perlo.
La bondad,
tu arte, gracia,
tu
ciencia y tu poderío
se quedó
en el caserío
como la
hermosa semilla,
como la
tierna simiente,
que
enraizando entre tu gente,
y regada
por la orilla
de tu amor
guadalquiveño,
se
mantendrá en aquel sueño
por el que
soñaste siempre.
Amigo Eugenio: Pasaste por la vida derramando aromas, pero, tú no vas a reencarnarte en un clavel como nos recordabas en uno de tus libros, porque no existe la involución, sin embargo, estoy seguro de que te reencarnarás en un artista aun más grande, si cabe, para volver a Triana.
Gracias amigo. E.F.
ResponderEliminarMe uno al homenaje tan sentido que le haces, Santiago.
ResponderEliminarM.C.