LA
MÁS PURA Y DURA REALIDAD
Dios creó al burro y le dijo: Serás burro, trabajarás incesantemente, de sol a sol. Comerás pasto y no tendrás inteligencia. Vivirás así 50 años.
El
burro le propuso a Dios
aceptar las condiciones pero que le permitiera vivir sólo 20 años.
Y Dios aceptó.
Posteriormente,
Dios, creó al perro, y le
dijo: Tú cuidarás la casa del hombre, serás su mejor amigo y te
alimentarás de los huesos que te echen y de pan duro. Tendrás una
vida de 25 años.
El
perro aceptó sumiso, no obstante, viendo la magnanimidad que
había tenido con el burro, le dijo: Seré perro, pero,
¿no podría tener una vida de 20 años? Y Dios
aceptó.
Más
tarde, Dios creó al mono,
y le dijo: Tú vida será una vida de equilibrista, te la pasarás
saltando de rama en rama y haciendo payasadas, pero, serás muy
divertido y vivirás 20 años.
El
mono, estaba como disgustado, sin embargo, ante la actitud de
Dios para con el burro y
el perro, dijo: Padre,
creo que no podría soportar una vida así tanto tiempo... ¿No
podrías dejármela en sólo 15 años? Y Dios
aceptó.
Con
el hombre cerró Dios su ciclo
creativo diciéndole: Tú, serás el único animal de la tierra con
capacidad para razonar. Serás absolutamente dueño de todo gracias a
tu libre albedrío. Tendrás Voluntad, ella te dará
Sabiduría y a través de ella la Inteligencia.
Lo podrás dominar y conseguir todo, y tendrás una vida de 20 años.
El
hombre, que en aquella especie de designios, esperaba su
turno, cuando le llegó y una vez oído aquello que habría de ser su
cometido, dijo: Dios, aceptaré
todo cuanto me mandes, pero, vivir tan sólo 20 años me parece muy
poco; ¿Qué te parecería darme los 30 años que el burro no
ha querido, los 15 que el perro rechazó y los 10 que el mono
no quiso...? Y Dios, siempre
piadoso, accedió:
Desde
aquel lejano día el hombre comenzó su más que “inteligente”
evolución: Ahora vive 20 años como hombre. Se casa y pasa 30
años como burro, trabajando y cargando con todo el peso de
las responsabilidades propias de su condición. Más tarde cuando los
hijos se emancipan, vive 15 años cual perro cuidando la casa,
para al final y con la jubilación, si no se muere, estará sus
últimos 10 años de mono: Saltando de casa en casa de los
hijos, haciendo payasadas y monerías para divertir a los nietos.
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