CONVENTO DE LOS REMEDIOS

CONVENTO DE LOS REMEDIO
(Apuntes)

          Aprovechamos estos apuntes sólo y exclusivamente para dejar claro una vez más, y a cierta parcela de los habitantes del barrio de Los Remedios, que al igual que el resto de los barrios que componen el núcleo Triana, él será siempre una parte intrínseca del Arrabal, aunque a algún “elemento” le dé por quitar el azulejo que existe en el viejo aunque remozado Convento, según consta en una de las imágenes que se exponen seguidamente.

         Sería en el solar que hoy ocupa el Instituto Hispano Cubano en su planta alta y el Museo de carruajes en su planta baja donde existió una pequeña ermita levantada en el año 1526 por el canónigo de la Catedral Hispalense Dr. Martín Gasca, en honor de la Virgen de los Remedios a la que los navegantes se encomendaban antes de zarpar hacia las indias.

         Tras pasar varios ermitaños por ella, el arzobispo de Sevilla, Cristobal de Rojas adquiere los terrenos y se los cede a la orden de los Carmelitas Descalzos en 1573. Se emprende la construcción del primitivo convento en 1574 pero, como la zona es inundable sufren grandes desperfecto por lo que se decide construir uno más sólido en l632, siendo consagrado por el entonces arzobispo de Sevilla Jaime de Palafox en el año 1700.

      Esta zona, según Manuel Macías, fue una de las partes de más actividad del puerto de Sevilla, conocida con el nombre de sitio de los “bandurrieros” (lindante con el Puerto de las mulas) por ser estos gente del río que se dedicaba a pescar con unas redes conocidas como Bandurrias. Como hecho más importante relacionado con este edificio debemos recordar que desde el citado Puerto de la Mulas (nombre este tomado por realizarse allí la carga y descarga a través de estos animales), y lindante con el Puerto de la Muelas (este nombre lo toma del suelo existente para acceso a las naos, y que estaba en su mayoría construido con restos de ruedas de molino), partió la primera flota que con los navegantes: el portugués Fernando de Magallanes y el español (Vasco) Juan Sebastián Elcano darían la primera vuelta al mundo. La lápida que vemos en la fachada norte del actual edificio así nos lo recuerda.

         Este convento de no muy grandes dimensiones, constaba de iglesia, patio con alquerías, refectorio, celdas y una gran huerta, la cual ocupaba la mayor parte de lo que en la actualidad es la calle Asunción. Sería hacia el año 1780 cuando se le añadirían a la iglesia dos naves colaterales, obra del Arquitecto titular de la ciudad de Sevilla José Echamoros.

          Como tantos otros, este también sufrió el saqueo por los franceses en 1810 siendo abierto de nuevo al culto en el año 1811 ya ocupado de nuevo por los carmelitas. En 1836, con la desamortización de Mendizabal, los Carmelitas habrían de abandonarlo definitivamente por orden gubernamental desconociéndose el motivo. Ya alrededor de 1840 se derriban algunas de las dependencias del edificio conventual así como almacenes de aperos de labranza. En el año 1928-29 y tras la restauración por el Arquitecto Juan Talavera Heredia , se coloca una hornacina en la portada de la iglesia dedicada a Fray Bartolomé de las Casas, Obispo del Estado de Chiapas en México y protector de los indios, que fue realizada por el ya consagrado escultor sevillano y natural de Umbrete Antonio Illanes Rodríguez. El edificio fue catalogado como de protección oficial el nueve de febrero de 1931. Adquirido por el magnate cubano Rafael González Abreu fue convertido en la actual sede del magnifico y perfectamente distribuido Instituto Hispano Cubano para la Historia de América.

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