A
comienzos de 1247, el Rey Santo Fernando III, le encarga al marino
Ramón de Bonifaz, la construcción de una flota para con ella poder
conseguir la Reconquista de Sevilla.
El
día 3 de Mayo de 1248 y aprovechando los fuertes vientos y la marea
favorable, Bonifaz, ya Almirante de la flota, mandando dos “carracas”
de carga a las que les había reforzado las proas con gruesos
tablazones sujetos con pernos, arremete con la primera contra las
cadenas que los moros, a título de protección, tienen cerrando el
Guadalquivir entre la Torre del Oro y la torre vigía situada en la
banda de Triana, destrozándolas y siguiendo a continuación el
ataque sobre la Puente de Barcas, abriéndole tal brecha que varias
de ellas quedan completamente hundidas.
Los
moros, viendo perdida su flota y encontrándose en semejante
situación, el Rey Axataf decide rendirse, entregando la ciudad el
día 3 de Noviembre de 1248.
En
los primeros meses de 1249, El Rey Fernando le encarga a Bonifaz la
construcción de unas atarazanas (astilleros) en el Arrabal de El
Arenal con el fin de construir barcos de guerra, al tiempo que le
nombra Almirante de Castilla. Ramón de Bonifaz consiguió librar de
todo tipo de obstáculos el río de tal modo que quedó franca la
entrada hasta Triana de las naves aragonesas, florentinas y genovesas
para el comercio con Sevilla.
Todo
ello quedó recogido de forma representativa en el “Escudo de
Cantabria”. En él se pueden observar: La torre, las cadenas, el
río, la nave y el sol del triunfo en la reproducción de la
Reconquista con la ayuda de una parte muy importante de la marinería
que era Santanderina.
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