ANDALUCÍA

Cuando Dios descansó de aquellos días de arduo trabajo creador, entendió que debía de darle a cada una de las familias futuras un hábitat diferente. Y fue así como separando lo sólido de lo líquido dio forma a los mares y a la tierra.

A un trozo de aquella tierra la llamó Andalucía.

Entonces, Andalucía le pidió un cielo permanentemente Azul, sierras y valles de coloridos inconfundibles.

Dios cumplió el deseo.

Andalucía pidió seguidamente: Necesito un Verde a la vez que azulado mar, deliciosos frutos, hombres buenos y mujeres hermosas.

Y Dios también se lo concedió.

¿Y me darías un buen Gobierno...? Pidió también Andalucía.

¡Disculpa Andalucía! En eso yo no voy a definirme nunca, pues todo depende de el comportamiento que tengan tus hombres buenos y mujeres hermosas para con cuanto te he concedido; así que conformate con ser un Paraíso Terrenal.