miércoles



TRES CAÍDAS


El peso abrumador de ese madero
estremece tu pecho ensangrentado;
Que amarga visión la que yo siento,
verte pasar sólo un momento
y mantener mis ojos tan cerrados...

Morderé de nuevo tu costado
cuando cruces Triana hacia Sevilla,
y ese silencio que ahora te acuchilla
gritará, sediento, en la voz de mis pecados...
¡Señor!¿Qué puedo hacer? Que quiero amarte,
y ayudarte, si es posible, en tu Caída,
y no permitas que mi voluntad, escondida,
se niegue tantas veces a escucharte...
Recorre Tú, mi ser, de parte a aparte,
y muéstrale a mi vida ese sendero,
sabio camino de Amor en el que quiero
conseguir cada día saludarte,
y decirte tiernamente que te quiero.

Entonces... volaré contigo
por la tierra Sevillana,
y en tu Caída vencido,
seguiré siendo tu amigo
en Sevilla y en Triana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario