martes


POEMA DEL NAZARENO


Y el Hombre iba despacio;
Despacio, como si no andara,
y hasta el aire por el río
le castigaba la cara
llenando de escalofríos
la Bondad de su mirada.

Cuánta dureza en su andar;
Y que duro el corazón
que viendo ese caminar
no se llena de pasión
y corre para ayudar,
cuando ya no puede más,
a Éste Señor de la O.

El Cielo Azul de Sevilla
de Rojo pinto la Pena
en la calle de Castilla,
y un olor a Hierbabuena
inundó las dos orillas,
cuando cruzaba sencilla
Ésa Estampa Nazarena.

Canastilla perfumada
y de hermosos lirios llena,
porta la Imagen Morada
bajo la tarde serena...

Porque es Morada su ausencia de delirio.
Y es Morada de Dolor su tez Morena.
Y es Morada la llama de su cirio.
Y es Morada la noche con su pena.
Y es Morada la hoja de su Lirio.
Y es Morada la Sangre de sus venas.
Y es Morada la Cruz de su martirio.
Y es Morada su ropa Nazarena.

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