LA ESTRELLA DE TRIANA
Que sufrimiento,Triana.
Quedarte por unas horas
sin tu Estrella Soberana;
Sin ésa Madre de gozo,
Lucero de la mañana,
y la que, cruzado el Puente,
Sevilla entera la aclama
como Señora del Arte,
como la Bella Gitana
que fue Reina entre la gente
gitanita de la Cava;
Y que el Domingo de Ramos,
cuando la tarde se acaba,
convierte a su San Jacinto
en luminaria de ascuas.
Ayer tarde me embobé
contemplando San Jacinto
como la calle lucía
porque Tú, maravillosa,
hacia Sevilla salías;
Entonces, salí corriendo
y en tu puerta me encajé...
Vengo a ofrecerte, te dije,
el sueño de mi querer,
el sudor de mi trabajo,
la luz del atardecer,
la oración de las aceras
y el brillar del corazón
que se ahoga en la pasión
de saber tan larga espera.
Vengo a ofrecerte, Señora,
la brisa que luce el aire,
la voz del Guadalquivir
cuando en silencio te habla
junto al Sol de la mañana,
el aroma de las flores
y un cantar de ruiseñores
de Sevilla y de Triana.
Vengo a ofrecerte, te dije,
los juncos de la ribera,
la fuerza de la Saeta,
y el reflejo de la cal
donde se mira la vida,
y un bálsamo Hierbabuena
pa que al Hijo de tu Penas
le cures Tú las heridas.
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