jueves


EL CORRAL DEL CURA


            No es mi intención hacer aquí y ahora una semblanza histórica del Corral del Cura; No, ni mucho menos, por que para ello ya está mi amigo Ángel, que nació en él y donde vivieran aquellos inolvidables: Zeppelín y Mataquesos.
            No, en absoluto. El motivo es que al pasar por la puerta y encontrármela abierta, cosa rara, ya que en apariencia se trata en la actualidad de una casa de pisos, cuando solo es la fachada, ya que apenas se atraviesa la puerta, ésta es el acceso directo al magnifico y restaurado Corral con tres patios. En él, vería la luz por vez primera nuestro genial Gualberto.
            Aprovechando la ocasión, me introduje en ella con el beneplácito de uno de sus vecinos, el cual me autorizó ha hacer las fotografías que os muestro, incluida la de Candelaria Hernández Cordero, matriarca de una de las cuatro familias que aun esperan les den de nuevo la vivienda que les prometieron tras la restauración a la que fue sometida el Corral de la Encarnación, y donde ésta vivió durante 50 años. Nuera del llorado Eduardo Corriente, “alma mater” de la defensa del Corral, y que falleciera de un infarto, vaya Vd. a saber si no lo sufrió a causa de aquella incansable lucha, me contaba con una cierta, aunque en sus ojos se leía algún recelo, alegría, que habían recibido noticias acerca de que a mediados del mes de Febrero de este 2012, de nuevo estarían viviendo en su Corral de siempre.


           







               

4 comentarios:

  1. Tiene que notarse que leo tu blog. Verás, amigo Santiago, yo contemplaba el primer patio del corral del Cura desde la pequeña azotea de mi casa paredaña; el corral del Husillo le llamaron después de que fuera Tejar del Husillo. Mi padre fue el maestro alfarero de ese tejar, dentro tenía su vivienda y allí nació tu amigo Ángel.
    A partir de 1950 el tejar se convirtió en garage permitiendo la hondura de su espacio la existencia de varias salas con su alcoba. A una de ellas nos mudamos los Vela.
    Me fastidia que la puerta del corral del Cura permanezca herméticamente cerrada cuando es un espacio común, una casa municipal que costó un pastón reconstruir poco más o menos como era. En 1980 nos saltamos Paco Solís y yo a la vieja casa de vecinos y la fotografiamos: era una auténtica selva después de años de abandono.
    Por favor, que abran la puerta durante el día, que para eso existe una cancela, cancela que también ha de abrirse a todo aquel que quiera conocer lo que podrían haber hecho con muchos de los corrales históricos que desaparecieron de Triana junto con sus vecinos.

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  2. Este comentario tuyo, Ángel, ya traté de hacérselo entender a algunos de los vecinos que estaban charlando en una de las puertas. Me comentaron que ellos eran nuevos y que aquella casa ya era diferente. ¡No hubo manera!

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  3. Me encantaría que dedicases un espacio a estos emblemáticos edificios, sería de un valor testimonial e histórico enorme. Los recuerdos son grandes maestros y estos perduran mientras contemos con plumas como la tuya.
    Saludos.

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  4. Independientemente de algunas cosillas que tengo en mente con respecto de esto que sugieres, te informo que sobre los corrales de Triana hay una obra muy interesante de Juan Martín Bermudez del 2002.
    Gracias y un saludo.

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