viernes




AL SOBERANO PODER


También el Alma se agita
la tarde del Lunes Santo,
cuando queriendo no puede
aliviar en su quebranto
el Poder de un Soberano,
Ése Señor ta Humano
y tan Divino Mortal,
que así se quiso entregar
a tan fatal sufrimiento,
cuando música en el tiempo
fue su única Verdad.

Por eso...
¡Ay, Plaza de San Gonzalo!
Que Dolor el de aquella Rosa
que siendo la más hermosa
no puede ir a tu lado,
como lo hace el Clavel
que endulza sus pies cansados,
y lastimera y preciosa
sobre mi hombro se ha echado
para decirme nerviosa:

Si no puedo ir a su lado,
me dijo estando entreabierta.

Si no voy en los costados
endulzando su Grandeza.

Si no aromo el desolado
aire de tanta entereza.

Si no alivio el tormentado
trasminar de su Pureza.

Si no ayudo en el cansado
caminar de su pobreza.

Y si sobre mi, apoyados,
no van sus pies con firmeza...
¡Florecer! ¿Para que lo hago?
¡Si así muero de tristeza!



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